LA PARTIDA DE NACIMIENTO DE JUAN JOSÉ FLORES
LA GENEALOGÍA DE JUAN JOSÉ FLORES
POR ALFONSO RUMAZO GONZÁLEZ.
Tomado del suplemento dominical Semana. Diario Expreso.
¡Al fin ha aparecido la partida de bautismo de Juan José Flores! primer presidente del Ecuador e hijo de Puerto Cabello. Constaba en un pequeño libro de escazísima circulación en Venezuela, probablemente distribuido solo entre amigos, sin pie de imprenta y editado en Caracas hace veintidós años (1974) por Luis Alfredo de Colomín, farmaceútico de Puerto Cabello. Trae el título de “Venezuela y sus próceres”; lo publicó la viuda del autor, el cual había fallecido dos décadas atrás (1953). Complacíase Colomine en su hobby de investigador preocupado siempre por el Estado Carabobo, sus hombres y sus realidades; las varias colaboraciones suyas en la prensa sobre vidas de próceres carabobenos hicieron que la Academia venezolana de Historia le nombrase Miembro Correspondiente.
La partida bautismal reza: “Ministerio parroquial de San José -Puerto Cabello (sello). Feliciano Alonzo, de la Orden de los Agustinos Recoletos, cura párroco de San José de Puerto Cabello: Certifico que en el Libro de Bautismos del Archivo a mi cargo, correspondiente al año de 1800 se encuentra una partida del tenor siguiente: “Juan José -en diez y nueve de Julio del año de mil ochocientos-. Yo el infrascrito cura Rerdo de esta parroquia de Puerto Cabello bauticé solemnemente según el Ritual Romano a un pardo de seis días de nacido, al que puse por nombre Juan José, hijo natural de Manuela Rivera, blanca; fue padrino dn J. F. Pérez, a quien advertí el parentesco y obligaciones de que certifico -ochocientos em°-va.- Franco Ant. Zurita. Es copia exacta del original que, a petición de parte interesada certifico en Puerto Cabello a 14 de Febrero de mil novecientos cuarenta y cuatro. (f) Fray Feliciano Alonso”.
Señala Luis Alfredo Colomino que la tradición en Puerto Cabello es que Juan José usó el apellido Flores, muy común en la ciudad, porque “era hijo de un señor Flores Martínez, en la expresada Manuela Rivera, oriunda de Borburata”.
Flores, en el Ecuador desde 1822 -habia actuado en la batalla neogranadina de Bomboná, como coronel- se preocupó de ocultar socialmente su origen espurio a pesar de que sus contemporáneos lo conocían. Bolívar le dijo a Perú de La Croaix, en Bucaramanga: “Solo ha faltado a Flores el nacimiento y la educación”. El edecán O’Leary escribió: “Flores, bastardo de mérito singular”. Audazmente, ambiciósamente, se casó en Quito 1824 con Mercedes Jijón, aristócrata y muy adinerada. Seis años más tarde, en virtud del asesinato de Sucre y por otros factores, se hará Presidente del Ecuador, por tres veces; hasta que lo expulsaran del país. Intentará la reconquista del poder, fracasará de modo vergonzosamente al oponérsele al intento varias naciones; entrará al servicio del tirano García Moreno y bajo esa tolda morirá de enfermedad a los sesenta y cuatro años. Desapareció la huella de la ilegitimidad en el nacimiento de Flores hasta tal punto que el Presidente de la Academia nacional de Historia del Ecuador, Jorge Salvador Lara, en su libro “La República del Ecuador y el general Juan José Flores” expresa: “Venido al mundo (Flores) en Puerto Cabello, Venezuela, el 19 de Julio de 1800 o 1801, fue según afirma sin citar la fuente el historiador liberal Camilo Destruge, hijo legítimo de un matrimonio español”. Rodolfo Pérez Pimentel, en uno de los tomos de su muy minucioso y rico en generosidades “Diccionario Biográfico del Ecuador”, escrito con alta nobleza, le da a la madre de Flores el apellido Aramburo. Issac J. Barrera dice simplemente: “Nacido en muy pobres pañales y de oscuro origen”, etc.
Desconfiaba Flores de los ecuatorianos, al menos políticamente. Al terminar su primera presidencia nombró solo dos ministros quiteños: José Félix Valdivieso y Antonio Fernández Salvador, que muy pronto fueron reemplazados por dos neogranadinos: Félix de San Miguel y García del Río. Para la Guerra, un general neogranadino; y Ministro Secretario General un coronel chileno. Además: “Se rodeó de unn grupo de militares adictos, casi todos extranjeros. También se rodeó de parientes de su mujer y amigos íntimos de la familia Jijón, únicos ecuatorianos en los altos cargos”. Según Salvador Lara, “El Congreso unicameral -“estaba corrompido, compuesto en su mayoría de clérigos aspirantes, de empleados serviles y de monopolistas interesados en la continuación del “agiotaje”, en palabras de Rocafuerte.
Mientras vivió Flores, se conoció muy concretamente su historia inicial. Montalvo le llamó “genízaro”. Y García Moreno, hacia 1847, escribió en “El vengador” esta observación malévola: “Los artículos de la fe genízara son 4: siete pertenecen a la personalidd de don Juan José de la Reconquista. Estos son: el primero, creer que don Juan José, en cuanto hombre, debe ser la obra de algún travieso…”.
XXXXX
Cambiando de tema, la familia Flores Jijòn y allegados estuvo desesperada por utilizar truculencia para mejorar su pedigri.
Hay un retrato (pagado) del general Salom -tìo de don Juan Josè- que era africanibus, tan bien hecho, que ahi ha desaparecido la herencia mulatoide y aparece como un perfecto miembro de la Càmara de los Lores.
Luego Flores Caamaño en el siglo19 viajò a Venezuela para desaparecer todo vestigio del nada aristocràtico pasado del general Juan Josè.
No obstante, dècadas màs tarde, (por desgracia para sus deudos) se encontrò la partida de nacimiento del ex presidente..
El artìculo de Alfonso Rumazo Gonzàlez comentando tal cosa se publicò en diario Expreso.
Flores Caamaño le pagò dinero al historiador Pedro germìn Cevallos para que en la reediciòn de su libro de historia del Ecuador quite todo lo feo que habia escrito sobre don Juan Josè de la reconquista...el màs siniestro y frio asesino que se apoderò con increible astucia de esta ìnnsula...claro....con el cadàver de Antonio Josè de Sucre de por medio.
Fue tal la audacia y la falta absoluta de escrùpulos de Flores, que, envanecido, fue a ofrecer al Ecuador como posible reino para el hijo de Marìa Cristina de Borbòn, con èl de regente, y se comenzaron los preparativos para llevar a cabo este siniestro plan que devela lo despreciable que fue Flores.
En el tiempo en que fue presidente de este paìs, una vaca costaba 4 pesos dice en LA NOVELA ECUATORIANA el Dr. Angel F. Rojas. Flores cobraba entonces 12.000 pesos anuales por ser el primer mandatario. Buena vida y grandes propiedades que pudo adquirir con tremendo sueldo. Esquilmò al Ecuador y lo dejò en pèsimo estado, consolidando el latifundismo. La familia Jijòn, que no estuvo a favor de la independencia, y temìa sufrir retaliaciones por parte de los victoriosos republicanos, ofrecièndole al general vencedor el matrimonio con una de sus prestigiosas doncellas, le ayudò a encumbrarse socialmente -cosa que èl estaba buscando- mientras por su lado se integraba triunfalmente y con poder a la nueva situaciòn polìtica, de la que los miembros de esta familia y sus allegados supieron sacar provecho. Fueron monàrquicos que acrecentaron su poder feudal en la nueva coyuntura sociopolìtica.
Flores se sostenìa en un ejèrcito de tres mil pardos venezolanos que cometìan en los pueblos y aldeas las tropelìas y abusos que les daba la gana.
El hijo del general Flores, Antonio, tambièn fue Presidente del Ecuador, de triste memoria: Angel F Rojas, en el citado libro, comenta que "los Flores, los Caamaño, parientes entre si, imitadores del ejemplo del funndador de la "dinastìa", esquilmaron descaradamente al paìs. Tan descaradamente, que todo el mundo descubriò el juego y les cubriò de infamia".
Los crìmenes cometidos en el gobierno de Juan Josè Flores los recuerda la historia. Està el caso del general Josè Marìa Sàenz del Campo, asesinado luego de un encuentro en el norte del paìs, luego de que se habìa rendido y habìa entregado su espada. Y la masacre cometida contra los miembros del grupo liberal "El Quiteño Libre", sin olvidar la masacre de ecuatorianos que se cometiò en la desigual batalla de Miñarica. Entonces Flores gozaba del apoyo de la burguesìa de Guayaquil que recièn se volvio en su contra en 1843, cuando se opuso a la nueva Constituciòn que eternizaba el mando de Flores, sin alternar en el poder ni con Rocafuerte, de nuevo, ni con Roca.
Flores era compadre de Josè Joaquìn de Olmedo que fue su vicepresidente en su primer gobierno. Hay una larga correspondencia epistolar afectuosa entre ambos personajes. Tan ìntimos amigos eran que, cuenta su biògrafo Gustavo Vàsconez Hurtado que el poeta hasta se encargaba de buscar comadrona para un parto de la primera dama, la comadre Merceditas.
Fue tal la audacia y la falta absoluta de escrùpulos de Flores, que, envanecido, fue a ofrecer al Ecuador como posible reino para el hijo de Marìa Cristina de Borbòn, con èl de regente, y se comenzaron los preparativos para llevar a cabo este siniestro plan que devela lo despreciable que fue Flores.
En el tiempo en que fue presidente de este paìs, una vaca costaba 4 pesos dice en LA NOVELA ECUATORIANA el Dr. Angel F. Rojas. Flores cobraba entonces 12.000 pesos anuales por ser el primer mandatario. Buena vida y grandes propiedades que pudo adquirir con tremendo sueldo. Esquilmò al Ecuador y lo dejò en pèsimo estado, consolidando el latifundismo. La familia Jijòn, que no estuvo a favor de la independencia, y temìa sufrir retaliaciones por parte de los victoriosos republicanos, ofrecièndole al general vencedor el matrimonio con una de sus prestigiosas doncellas, le ayudò a encumbrarse socialmente -cosa que èl estaba buscando- mientras por su lado se integraba triunfalmente y con poder a la nueva situaciòn polìtica, de la que los miembros de esta familia y sus allegados supieron sacar provecho. Fueron monàrquicos que acrecentaron su poder feudal en la nueva coyuntura sociopolìtica.
Flores se sostenìa en un ejèrcito de tres mil pardos venezolanos que cometìan en los pueblos y aldeas las tropelìas y abusos que les daba la gana.
El hijo del general Flores, Antonio, tambièn fue Presidente del Ecuador, de triste memoria: Angel F Rojas, en el citado libro, comenta que "los Flores, los Caamaño, parientes entre si, imitadores del ejemplo del funndador de la "dinastìa", esquilmaron descaradamente al paìs. Tan descaradamente, que todo el mundo descubriò el juego y les cubriò de infamia".
Los crìmenes cometidos en el gobierno de Juan Josè Flores los recuerda la historia. Està el caso del general Josè Marìa Sàenz del Campo, asesinado luego de un encuentro en el norte del paìs, luego de que se habìa rendido y habìa entregado su espada. Y la masacre cometida contra los miembros del grupo liberal "El Quiteño Libre", sin olvidar la masacre de ecuatorianos que se cometiò en la desigual batalla de Miñarica. Entonces Flores gozaba del apoyo de la burguesìa de Guayaquil que recièn se volvio en su contra en 1843, cuando se opuso a la nueva Constituciòn que eternizaba el mando de Flores, sin alternar en el poder ni con Rocafuerte, de nuevo, ni con Roca.
Flores era compadre de Josè Joaquìn de Olmedo que fue su vicepresidente en su primer gobierno. Hay una larga correspondencia epistolar afectuosa entre ambos personajes. Tan ìntimos amigos eran que, cuenta su biògrafo Gustavo Vàsconez Hurtado que el poeta hasta se encargaba de buscar comadrona para un parto de la primera dama, la comadre Merceditas.
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