lunes, 17 de agosto de 2020

MEJIA LEQUERICA: EL HOMBRE HISTÒRICO. SU LEGADO Y LEYENDA.

Bicentenario de José Mejía Lequerica ---------------------------------------------------------------------------------- por Oswaldo Albornoz Peralta ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------ Bicentenario de José Mejía Lequerica---------------------------------------------------------------------------------------------------- Homenaje en el bicentenario de su muerte al gran revolucionario que luchó por la independencia americana y por la instauración de la democracia en España----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- José Mejía Lequerica ---------------------------------------------------------------------------------------- (Quito 1777 – Cádiz 1813) ---------------------------------------------------------------------------------------------- Partidario de lo nuevo ----------------------------------------------------------------------------------------------------- El valor imponderable de Mejía reside en que expresa el pensamiento de los sectores más avanzados de su época. ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Dos tipos de ideas predominan en la Real Audiencia de Quito. El uno es moderado y monárquico y el otro liberal y progresista, que coexisten ya, desde la vieja Escuela de la Concordia fundada por Espejo. Luego, después de lanzado el grito del 10 de Agosto de 1809, el uno y el otro imprimen su huella en la Constitución de 1812, como advierte el escritor conservador Julio Tobar Donoso condoliéndose, naturalmente, por el influjo de la Revolución Francesa y la impronta dejada por esos “sagrados Derechos del Hombre…”[1] Y en medio de la campaña libertadora se desarrolla la conocida pugna entre “montufaristas” y “sanchistas”, los primeros bregando por una obsoleta monarquía y los segundos, con el coronel Calderón a la cabeza, luchando por la república y los principios liberales. ----------------------------------------------------------------------------- Cada una de estas corrientes ideológicas corresponde a un sector social determinado. El pensamiento retrógrado corresponde a los criollos latifundistas, y el pensamiento avanzado, a los sectores populares dirigidos por una incipiente burguesía de comerciantes, intelectuales y profesionales. ------------------------------------------------------ Mejía, lógicamente, está al lado de los partidarios de lo nuevo. -------------------------------------------------------------------- Discípulo de Eugenio Espejo, a quien considera como el único filósofo de su patria, de él sin duda recibe las primeras lecciones revolucionarias, aquellas inspiradas por los enciclopedistas, que tanto asustan a las autoridades españolas. Cuando muere el Maestro, como esposo de su hermana Manuela que hereda su rica biblioteca, puede ampliar allí sus conocimientos políticos y científicos, que lucirá, con singular brillo, en las cátedras de la Universidad de Santo Tomás de Aquino. Es innovador en la enseñanza de ciencias naturales y partidario del sistema copernicano, que para los cerebros ultramontanos de la época es cosa vedada y casi merecedora de castigo. ---------------------------------------------------------------------------------------------- Por esto se le persigue y molesta desde muy temprano. ----------------------------------------------------------------------------- Cuando quiere obtener el grado de doctor en Medicina, se le dice que no puede, porque “siendo catedrático de Filosofía, no podía incorporarse en una facultad distinta”. Cuando solicita el grado de doctor en Teología se le niega por ser casado, aunque la original resolución es posteriormente revocada. Y, por fin, cuando quiere acceder al grado de bachiller en Derecho Civil y Canónico, se le manifiesta que eso no es posible por no haber demostrado la legitimidad de su nacimiento.[2] Para este bajo menester sus enemigos se valen de un caduco Estatuto que prohíbe la concesión de ese grado a los hijos ilegítimos y de mala raza! ---------------------------------------------------------------- Mejía, con razón, se burla graciosamente de la última negativa. Dice que si él es doctor en Teología, la reina de las ciencias, cómo no puede ser bachiller en Derecho Canónico, que no es sino sierva y dependiente de la primera. Pero a la burla sigue también la protesta airada, expresando ser merecedor de ese título tanto por su sangre como por sus conocimientos. -------------------------------------------------------------------------------- La negativa, más que fruto de los tontos prejuicios de ese tiempo, parece tratarse de un hostigamiento de índole político, pues que en otros casos el requisito se pasa por alto. Alfredo Flores Caamaño señala el ejemplo del presbítero doctor José Manuel Flores, que optó grados fuera del alcance de los hijos ilegítimos. Pero claro, él era hijo adoptivo del marqués de Miraflores.[3] ---------------------------------------------------------------------------------------------------- Ante tanto acoso e injusticia, decide expatriarse voluntariamente y viaja a España. Allí como Diputado Suplente de Santa Fe, asiste a las Cortes Generales y Extraordinarias que se instalan en 1810. Conforme hace notar Celiano Monge, esa representación no es conseguida con el voto de sus compatriotas de aquí, sino por los “naturales y vecinos del Nuevo Reino y Provincias de Venezuela residentes en España”, de conformidad con un Decreto de la Junta de Sevilla.[4] ------------------------------------------------------------------------------------ Serán entonces las Cortes de Cádiz el escenario donde exhibe sus ideas avanzadas. Ideas llevadas desde su lejana patria, pero radicalizadas grandemente en esa ciudad, gracias a la efervescencia reinante y al mayor contacto con los principios revolucionarios que recorren la vieja Europa. --------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- En las Cortes de Cádiz - -------------------------------------------------------------------------------------------------------------- En ese nuevo escenario, y con mayor vigor, luchan también los partidarios de lo nuevo y los partidarios de lo caduco y decadente. Se llaman liberales y serviles, nombres que por expresivos, se internacionalizan prontamente y pasan al léxico político de una gran cantidad de países. Los liberales pugnan por abatir los privilegios feudales, mientras los serviles, ardorosamente, combaten por el mantenimiento del statu quo social. Batalla, por lo tanto, entre la aristocracia explotadora y la burguesía ansiosa de progreso. ------------------------------------------------------------------------------------------------------------ El logro más sobresaliente de las Cortes de Cádiz, indudablemente, es la aprobación de la Constitución de 1812. Allí, en la retrasada monarquía española, se incorporan por primera vez importantes principios democráticos. Se dice, dando duro golpe al absolutismo y estableciendo la soberanía popular, que la nación no puede ser herencia de familia o persona alguna, que siendo libre y soberana, solo a ella le pertenece el derecho de sancionar las leyes fundamentales. Se instauran los tres clásicos poderes y se da carácter obligatorio a la enseñanza. Se otorga el derecho de sufragio a todos los españoles ─con excepción de los sirvientes domésticos, insolventes y criminales─ aunque se manifiesta que después de 1830, solo gozarán de él los ciudadanos que sepan leer y escribir. Se suprime la tortura, el apremio y la confiscación de la propiedad. Y, finalmente ─para no extendernos más─ se aprueban una serie de valiosos artículos referentes a la justicia, a la administración local y al ramo de las contribuciones. ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------ Es claro que la carta constitucional aprobada tiene limitaciones, lleva implícito un cierto compromiso entre las dos fuerzas antagónicas. El artículo atinente a la religión, donde se prohíbe el ejercicio de todas las otras y se proclama la católica como única, es una prueba fehaciente de lo dicho. El escritor reaccionario Marcelino Menéndez Pelayo reconoce que esta concesión se hace porque los liberales comprenden que “aún no estaba el fruto maduro” para suprimir de raíz la intolerancia religiosa.[5] Y debía ser así, pues los reaccionarios llegan hasta a proponer, por boca de un tal Inguanzo, que solo el católico sea considerado como español y goce de los derechos de tal. ----------------------------------------------------------------------------------------------------------- De todas maneras, pese a lo expuesto, la Constitución de Cádiz no deja de ser un inmenso avance y una gran conquista de la primera revolución burguesa realizada en España. Por esos se convierte en fuente inspiradora de algunas cartas constitucionales propugnadas por varios movimientos revolucionarios europeos. Igual sucede en América. La Constitución dictada por el Congreso de Chilpancingo ─la Constitución de Morelos─ junto a las ideas francesas tiene también una cuota gaditana. ---------------------------------------------------------------------------------------- Esta Constitución lleva la firma de Mejía. ---------------------------------------------------------------------------------------- Pero no es solo esto. Para complementar lo estatuido en la Constitución y profundizar la revolución, los diputados aprueban otras leyes de singular trascendencia. No citaremos sino unas pocas conquistas alcanzadas, que Marx señala en su estudio sobre la revolución española: -------------------------------------------------------------------------------------------------------- "Abolieron la Inquisición. Suprimieron las jurisdicciones señoriales, con sus exclusivos, prohibitivos y privativos privilegios feudales, como los de caza, pesca, bosques, molinos, etc., excepto aquellos adquiridos mediante compra y que debían ser reembolsados. Abolieron los diezmos en todo el país, suspendieron las designaciones para toda clase de prebendas eclesiásticas innecesarias al cumplimiento de los servicios divinos y tomaron medidas para suprimir los monasterios y secuestrarles la propiedad. --------------------------------------------------------------------------------------- Intentaron transformar los inmensos yermos, los cotos reales y dominios comunales, en propiedad privada, por la venta de la mitad de ellos para dedicarla a la extinción de la deuda pública, distribuyendo otra parte por sorteo, a los soldados desmovilizados de la guerra de la independencia y reservando una tercera parte para repartir lotes, gratuitamente también y mediante el azar al campesino pobre, ansioso de poseer, pero sin medios para ello "[6] ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- En este último punto, referente al problema de la tierra, se llega a otro compromiso, que impide una verdadera reforma agraria como piden los diputados más radicales. Los conservadores, con el apoyo de los representantes de la gran burguesía, consiguen que la ley del 6 de agosto de 1811 se limite a la supresión de los derechos señoriales.[7] --------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Las masas populares, a la par que riegan su sangre por la independencia de la patria, apoyan y aplauden fervientemente las reformas democráticas aprobadas. Cádiz, ciudad comercial, es centro de gran efervescencia revolucionaria, que ayuda y entusiasma a los diputados progresistas. Y entre ellos a Mejía, inmerso en el proceso revolucionario. Desde la tribuna y desde la prensa progresista ─como veremos luego─ combate sin vacilaciones por todo cuanto significa avance. El historiador Camilo Destruge dice: “la altitud de miras, los nobles y avanzados principios, las doctrinas absolutamente liberales, alentaban ese espíritu republicano”.[8] ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Dijimos que la prensa es una de sus trincheras de combate. Efectivamente, dirige La Abeja Española junto con Bartolomé José Gallardo, llegando a ser la publicación más popular y aplaudida de la ciudad de Cádiz por la valentía e ingenio puestos en la defensa de las ideas más avanzadas. También se le atribuye la conducción del periódico La Triple Alianza ─aunque públicamente figura como director el escritor americano Alzaíbar de la Puente─ publicación perseguida y calificada de herética como se verá posteriormente. Colabora en otro titulado El Conciso, que al decir de Andrade Coello, es “verdadero órgano de revolución, estallido a la francesa”.[9] El Telégrafo de Méjico, impreso liberal de Juan López Cancelada, recibe así mismo sus colaboraciones. ------------------------------------------------------------------------------------------------------ Y, para afianzar mejor su lucha, milita asiduamente en las logias masónicas gaditanas como consta por testimonio del historiador Alcalá Galiano, contemporáneo de Mejía y diputado de las Cortes. -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Se sabe que Mejía Lequerica ingresa a la masonería junto con Juan José Matheu y Herrera conde de Puñonrostro, su compañero de viaje a España en 1805. Este noble criollo contrae matrimonio en 1810 con María Felipa Cayetana Carondelet Castaños, sobrina del general Francisco Xavier Castaños, que introduce a los dos quiteños en las logias de la ciudad de Cádiz. Castaños es hombre de gran influjo político, ya que es uno de los principales jefes militares de la resistencia española a los invasores franceses. ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- ¿Qué papel juega la masonería en España? --------------------------------------------------------------------------- Según la mayoría de investigadores la masonería se introduce en España en la primera mitad del siglo XVIII, ganando adeptos, sobre todo, entre la nobleza y las clases influyentes. El primer Gran Maestre es nada menos que el famoso conde de Arana. Su tendencia política es únicamente reformista y sus miembros alcanzan notable poder durante el reinado de Carlos III. Algunas de las conocidas Sociedades Económicas son su cuerpo visible y organizaciones escogidas para su acción. -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Pero esto cambia para la época en que nos encontramos. Las logias se radicalizan y se ligan al movimiento democrático. El escritor soviético Revsin apunta al respecto lo siguiente: “Los españoles fueron propulsores de los objetivos políticos de la masonería. Los liberales hispanos aprovecharon por primera vez a las logias masónicas para luchar contra el absolutismo monárquico. Las luchas políticas de los masones españoles llegaron a ser escuela para los carbonarios y el “Tugenbund”, así como para las organizaciones militares secretas de los decembristas rusos.[10] ------------------------------------------------------------------------------------------------------------ Podríamos añadir que también son escuela para los dirigentes de la independencia americana y para los liberales de las naciones surgidas de la gesta. ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Combate contra el oscurantismo y la intolerancia ------------------------------------------------------------------------- Todos están de acuerdo que dos son los principales combates librados por Mejía en las Cortes de Cádiz: los que se refieren a la abolición del Tribunal de la Inquisición y al establecimiento de la libertad de prensa. Por esto, trataremos de estos asuntos primeramente. -------------------------------------------------------------------------------- Abolición de la Inquisición ---------------------------------------------------------------- El clero es todopoderoso en el Imperio Español. Unido íntimamente a la monarquía tiene control sobre todos los aspectos de la vida española. Nada ni nadie, puede escapar a su ojo avizor. Su doctrina fundamental, la Teología, subordinando a todas las ciencias, se ha convertido en la ideología indiscutida del sistema feudal. ---------------------------------------------------------------------------------------------- Su poderío social y político está cimentado y protegido por su imponderable poder económico. “Aunque sería difícil evaluar exactamente la riqueza de la Iglesia española en el siglo XVIII ─dice el historiador Vicens Vives─ es indudable que la cuantía de las propiedades y rentas era elevadísima. Los recursos provenían de las tierras y demás bienes inmobiliarios, así como de los diezmos y primicias, de los ingresos que dimanaban de la función parroquial (misas, entierros, funciones religiosas) y también de las limosnas para el sostenimiento de las órdenes mendicantes y todas las demás donaciones para el culto divino. Las propiedades territoriales y bienes –fundos de la Iglesia española- no habían cesado de aumentar desde la Edad media, a pesar de la oposición de los Gobiernos y de las Cortes.[11] ------------------------------------------------------------------------------------------- Respecto a los bienes territoriales, precisando, otro historiador añade: “ A tal punto ascendieron las adquisiciones de la Iglesia que, según exponía en su petición el señor Carrasco, Fiscal del Consejo de Hacienda en 1764, confirmando el aserto con cifras auténticas y estadísticas oficiales, el clero poseía la tercera parte del territorio español”.[12] --------------------------------------------------------------------------------------------------------- Con tanta riqueza, no es de extrañar que el Clero sea excesivamente numeroso, pero por esto mismo ─por ser manos muertas─ no dejan de constituir una inmensa carga para la nación. El conde de Toreno ─otro diputado de Cádiz─ afirma que antes de 1808 se computaban “2.051 casas de religiosos y 1.075 de religiosas, ascendiendo el número de individuos de ambos sexos, inclusos legos, donados, criados y dependientes, a 92.727”.[13] ¡Todo un verdadero ejército! ---------------------------------------------------------------------------------------------------- Y el brazo represivo de este clero todopoderoso, el instrumento creado para proteger con la tortura y la muerte de sus contrarios los intereses de la Iglesia, es el terrible Tribunal del Santo Oficio. ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Por esta razón, como es de suponer, todos los hombres de pensamiento avanzado que integran las Cortes son partidarios de su supresión, tal como se pronuncia la mayoría de la comisión nombrada para dictaminar sobre este particular. La discusión a que da lugar el dictamen emitido es por demás acalorado, ya que los representantes de la reacción combaten con furor por su mantenimiento, imprescindible según ellos para la defensa de la religión. Y es aquí, en esta controversia, donde fulgura el talento de Mejía. --------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Nuestro diputado, mediante la exposición de sólidos e irrebatibles argumentos, logra demostrar la inconveniencia de la conservación de ese aparato de castigo, con cuyo auxilio, la clerecía y la realeza sofrenan todo asomo de rebeldía, todo criterio considerado como herético, sin respetar siquiera a preclaros pensadores o destacados hombres públicos, aunque sean de la talla de Campomanes, Olavide o Macanaz. Logra demostrar con una serie de pruebas de carácter histórico y jurídico, inclusive valiéndose con gran inteligencia de razones históricas, que la Inquisición es enemiga de la libertad de los pueblos, adversaria de toda clase de ilustración y luces. Y logra demostrar, para no extendernos más, que es incompatible con la misma Constitución aprobada por las Cortes. ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- La Revista de Quito dirigida por Manuel J. Calle, en 1898, publica íntegros por primera vez en el Ecuador los discursos de Mejía relativos a la Inquisición, pese a que eran conocidos por constar en la edición hecha en España del Diario de Sesiones de las Cortes, pero que aquí era difícil hacerlo antes de la Revolución Liberal por el dominio de la clerecía. --------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Veamos, siquiera sea para muestra, algunos de sus pasajes: ---------------------------------------------------------------------------------------------------- La dureza con que se ha procedido ─dice refiriéndose a sus abusos─ y las venganzas atroces de los muchos sectarios que ha habido y que han hecho sentir sobre los católicos sus represalias, y lo que por todo esto la humanidad ha padecido, es tan horrible que no lo presentaré a los ojos de V. M.; sólo diré que no son noticias exageradas y desfiguradas por los desafectos a la Inquisición, sino verdaderas y reconocidas por los escritores más católicos. Véanse los grandes trastornos y ruinas espantosas que se han seguido en todas las naciones por querer confundir el imperio temporal con el espiritual: sistema que se ha adoptado aún en épocas posteriores y ha sido siguiendo los pasos de la Inquisición. -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- ¿Y qué hizo Felipe II con romanos ─expresa haciendo alusión al contubernio del Santo Oficio y la monarquía─ irritado contra los que no opinaron por su derecho a la corona de Portugal? Valerse del mismo Tribuna, perseguirlos como herejes por su medio, hasta llegar al exceso de permitir que como tales fuesen arrojados al mar por la cueva de San Julián más de dos mil eclesiásticos, seculares y religiosos. ¿Y cuál era la herejía de esos infelices? No otra cosa que haber opinado contra los derechos de Felipe a la corona de Portugal.[14] ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Menéndez Pelayo afirma que los discursos de Argüelles y Toreno sobre este tema fueron muy pobres en argumentación, vacíos de saber canónico y errados en la historia del Santo Tribunal. En cambio, dice que el del “regalista” Mejía fue “el más docto, ameno, fluido y mal intencionado, que se pronunció por los liberales en aquella ocasión”.[15] --------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Acordada la abolición de la Inquisición, el júbilo es general en los sectores avanzados del pueblo y de la burguesía. El Redactor General publica este soneto a manera de epitafio: ------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Yace aquí, para siempre, caminantes, la negra Inquisición, con que, inclementes, quemaron a millones de inocentes millones de inhumanos “Manducantes”! La que déspotas viles e intrigantes sirvió sumisa; la que a mil prudentes hizo temer; la que quemó creyentes e hizo temblar a sabios e ignorantes. Los políticos y Reyes la sufrieron, los pueblos menos bárbaros la odiaron, los Marqueses más tontos la aplaudieron. Los serviles más necios la aclamaron, los sabios, con razón, la aborrecieron, y aquí los liberales la enterraron.[16] ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------ El clero tampoco se queda callado. Al contrario, poseído de furia, eleva el grito a los cielos y ocasiona un sinnúmero de escándalos. Los obispos se movilizan y emprenden la cruzada restauradora, cuyo jefe es, aunque no se crea, el representante diplomático de Roma. Al respecto, denuncia el conde de Toreno: “Alma y centro de tan escandalosos manejos el nuncio de su santidad, no se contentó con la nota que de un modo irregular… había pasado a la regencia en 5 de marzo, sino que con la misma fecha escribió igualmente al obispo de Jaén y a los cabildos de Málaga y Granada exhortándolos a formar causa común con el clero de España, y a oponerse al manifiesto y decretos de las cortes sobre la abolición del santo oficio”.[17] Tan anómala es su conducta, que se tiene que recurrir a una medida extrema: su extrañamiento de España. ------------------------------------------------------------------------------------------------ Libertad de prensa No hay para qué decir que la libertad de imprenta ─que implica libertad de pensamientos─ es objetivo primordial de lucha de la burguesía revolucionaria, pues está conciente de que su amordazamiento sirve a la reacción como arma poderosa de dominio. Los liberales de las Cortes de Cádiz no dejan de aprovechar la ocasión para imponerla. ------------------------------------------------------------------------------------------------ A poco tiempo de instaladas las Cortes, el diputado Agustín Argüelles ─jefe de los representantes liberales españoles─ propone, en elocuente discurso, que se implante en España, argumentando que ella es el origen de la luz que alumbra Europa. ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Mejía le apoya inmediatamente y pide que sea establecida con la mayor amplitud y sin ninguna censura, como consta de su bella alocución de 15 de octubre de 1810, que por su importancia es publicada en hojas volantes repartidas en la ciudad de Cádiz. ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- He aquí sus palabras: --------------------------------------- "(…) si la esclavitud no es más que la dependencia del arbitrio de otro, si la libertad no sufre más yugo que el de la Ley, defender la acostumbrada censura previa de los libros que han de imprimirse, es constituirse abogado de la esclavitud de la imprenta, es que los autores sean esclavos de los que mandan. Sin acordarse de que los mandones mismos son frecuentemente esclavos de las más bajas pasiones. Luego, sería menos malo, valdría más que en vez de conservar las cadenas de dicha previa censura, se prohibiese absolutamente escribir, y aun hablar, sobre toda materia; porque al fin el ciudadano ilustrado y franco no sería miserable juguete de un censor, de un juez ignorante y artero, pues no habría hombre tan imprudente que rehusare pasar por mudo a trueque de no exponerse a que le arranquen la lengua".[18] ------------------------------------------------------------------------------------------------- Desgraciadamente no se consigue totalmente lo que Mejía propugna. Los serviles contraatacan furiosamente argumentando que la libertad de prensa es contraria a la religión católica y que por tanto no puede ser establecida, obteniendo que los liberales retrocedan y lleguen a otro compromiso: abolición de toda traba y censura para todos los escritos de carácter político, pero subsistiendo para aquéllos de índole religiosa, que quedaban sujetos a las autoridades eclesiásticas de conformidad con las disposiciones del Concilio de Trento. Menéndez Pelayo califica de cautela la concesión liberal, añadiendo que sólo Mejía ─“volteriano de pura sangre” le llama─ se atreve a sostener la necesidad de la ampliación de esa libertad, ya que, como más tarde dirá Marx, ella queda reducida a la mitad.[19] ---------------------------------------------------------------------------------------------- Otros debates suscitados en las Cortes dan oportunidad a Mejía para seguir batallando a favor de tan preciada libertad. Aquí solo nos referiremos a una de sus intervenciones ─quizás la más notable─ relacionada con un artículo aparecido en el periódico La Triple Alianza. ------------------------------------------------------------------------------------------------ Menéndez Pelayo dice: ------------------------- "La Triple Alianza, en cuyo número segundo, tras de hablar de la superstición con que se había embadurnado la obra más divina, se desemboza hasta atacar de frente el dogma de la inmortalidad del alma, fruto amargo de las falsas ideas de la niñez y del triunfo de la religión. “La muerte (añadía) no es más que un fenómeno necesario de la naturaleza”. Aparatos lúgubres inventados por la ignorancia para aumentar las desdichas del género humano, llamaba a los sufragios por los difuntos".[20] ------------------------------------------------------------------------------------------- Esto causa pavor a los representantes de las Cortes. Un diputado Quintana ─no el poeta─ lo denuncia como herético y otros piden que el periódico sea quemado por la mano del verdugo. Los liberales guardan el más profundo silencio. Sólo Mejía, demostrando su temple, se atreve a defender el escrito, haciendo suyas las ideas allí expuestas y calificando de ignorantes a sus impugnadores. Manifiesta que “las Cortes no habían jurado ni la hipocresía ni la superstición, y que el autor del papel tenía mucha más religión en el alma que otros en los labios”.[21] --------------------------------------------------------------------------------------------------------------- La grita y el escándalo, empero, no conducen a la ansiada condena. El clamor y protesta del pueblo presente en las galerías impide que tal cosa suceda. ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Ideario político y económico ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Las dos batallas que dejamos narradas a grandes rasgos, como se dijo, no son sino las más conocidas e importantes. Pero Mejía no se limita a ellas. Toda conquista progresista que se consigue en Cádiz, toda defensa de los principios democráticos y de avanzada, están ligados a su nombre. Y esto en los más variados aspectos, tales como los siguientes por ejemplo: doctrinas políticas y sociales, temas de naturaleza económica y problemas referentes a los pueblos americanos. ---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Principios políticos y sociales ------------------------------------------------------------------------------------------------------ Siendo como es Mejía un avanzado representante del liberalismo, es forzoso que en sus intervenciones exponga las doctrinas de los más altos pensadores de esa ideología, expresados, como es de suponer, con la circunspección y tino que las circunstancias de la atrasada monarquía española imponen. ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Ya se señaló, al hablar de la Constitución, que se incorporaba allí el principio de la soberanía popular y se daba un duro golpe al absolutismo de los reyes. Mejía, basándose en la teoría del pacto social de Rousseau ─que aunque no científica juega un papel revolucionario por ser contraria al derecho divino de los reyes─ expresa así tales conceptos: ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- "¿Y quién ignora que, siendo todos iguales, pues constan de iguales principios, las respectivas necesidades e insuficientes recursos de cada uno, les inspiraron a muchos la idea de unirse y de oponer a sus comunes enemigos y males, la conjunta fuerza e industria de todos; conviniéndose para reconcentrarlas y darles actividad y energía, en depositar en una o pocas personas el saludable ejercicio del poder y derechos populares, conforme a los pactos y reglas que voluntariamente establecieron?... Tal es el origen de la Sociedad. En la tierra y entre los escarmentados hombres nació: Jamás han llovido reyes del cielo; y es propio solo de los oscuros y aborrecibles tiranos de esas negras y ensangrentadas aves de rapiña, el volar a esconderse entre las pardas nubes, buscando sacrílegamente en el trono del Altísimo los reyes desoladores del despotismo en que transforman su precaria y ceñidísima autoridad, toda destinada, en su establecimiento y fin, a la felicidad general".[22] ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Y hasta cita, para dar mayor peso a su argumentación, una serie de preceptos constantes en los viejos Fueros españoles que coartan el poder absoluto de los reyes, coartación o limitación de atribuciones nacidas de la debilidad de las primeras monarquías pero, como dice Marx, siempre causaron terror a los soberanos españoles. Ahora, interpretados a la luz de la Revolución Francesa, son aprovechados con esa misma finalidad. ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Cuando se discute un Reglamento para el Consejo de Regencia ─21 de diciembre de 1810─ sustenta la teoría de Montesquieu sobre la naturaleza e independencia de los tres poderes que, como se sabe, es incorporada a todas las Constituciones liberales. Luego, en la sesión del 18 de Febrero de 1811, defiende los principios básicos de igualdad ante la ley y libertad individual, que constan en la Declaración de los Derechos del Hombre. Se pronuncia, en fin, entre otras proposiciones progresistas, por la eliminación de la tortura, la inviolabilidad de la correspondencia y por la consideración del matrimonio como contrato civil, concepción esta última que solo es asimilada a nuestro acervo jurídico por la revolución liberal de 1895, después de una enconada lucha con la clerecía. --------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- En otra ocasión, demostrando su fe en la fuerza del pueblo, defiende con vehemencia sus derechos ─los derechos de la plebe como despectivamente se dice en ese entonces─ pues según su criterio, de la entraña popular emana todo germen positivo y en ella se encierra el secreto de la salvación de las naciones, viendo allí por consiguiente el venero de la pujanza demostrada por España que, invadida y ensangrentada, se yergue indomable ante la adversidad. “Desaparezcan de una vez ─dice─ estas odiosas expresiones de pueblo bajo, plebe, y canalla. Este pueblo bajo, esta plebe, esta canalla, es la que libertará España, si se liberta”.[23] ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------ Ante la estupefacción de sus compañeros exhorta para que no se tema a las revoluciones, condenadas como el peor de los males, en la propaganda clerical y ultramontana. Al respecto manifiesta: “Se habla de revolución, y que eso se debe rechazar. Yo siento, no que haya de haber revolución, sino que no la haya habido. Las palabras revolución, filosofía, libertad e independencia, son de un mismo carácter; palabras que, los que no las conocen, las miran como aves de mal agüero… Pero los que tienen ojos, miran y juzgan. Yo, juzgando, digo que es un dolor que no haya en España revolución”.[24] Aquí se le interrumpe y no se lo deja continuar. ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------ Una prueba más de su osadía. Cuando interviene para condenar la Inquisición ─tema que ya tratamos─ se refiere a una materia espinosa y vedada en la católica España: la superioridad de la autoridad civil sobre la religiosa: “la autoridad suprema civil ─expresa─ es libre e independiente, sea cual fuere su forma de gobierno político; y que todo lo que sea de la potestad temporal, no tiene nada que ver con el Romano Pontífice, el cual es cabeza de la iglesia; y no es Señor, de los Señoríos de los Reyes”.[25] -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Tiene razón el historiador Destruge cuando hace notar ─para enaltecer su pensamiento─ que esta doctrina política del derecho moderno triunfa también tardíamente en nuestra patria. Esto es, con la revolución liberal. Recuérdese que el presidente Cordero ─1894─ todavía sostiene la doctrina contraria. Afirma que los intereses de la Iglesia están por encima de los del Estado. ----------------------------------------------------------------------------------------------------------- Cuestiones de carácter económico ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Mejía es nombrado miembro de la Comisión Especial de Hacienda, donde pronto se distingue como profundo conocedor de los más intrincados problemas económicos, que son analizados y resueltos por él, naturalmente, desde el punto de vista de los economistas liberales, a los que ha leído con toda atención. Adam Smith, el autor de La riqueza de las naciones, es uno de ellos. La Inquisición, en 1790, había prohibido su obra. ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Su visión económica, por tanto, está enderezada sobre todo al derrumbamiento de las trabas y rezagos feudales existentes que obstaculizan el progreso de los pueblos del Imperio Español. -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Así, para el pago de la Deuda Nacional presenta un plan en el que, entre otros arbitrios, el Estado podría aprovechar del noveno decimal, excusado, anualidades eclesiásticas, espolios y vacantes, que lesionan los privilegios del prepotente Clero. Y cuando las Cortes resuelven que los arbitrios mencionados sean utilizados en otro proyecto económico, nuevamente propone otras medidas, entre las cuales constan las rentas destinadas al boato de ciertas Órdenes Militares ─Montesa, Calatrava, Alcántara y Santiago─ el sobrante de los bienes de los conventos administrados por el Gobierno y los bienes de la Inquisición. Todo esto, “conquistándose odios, indiferencias y venganzas” de clérigos y reaccionarios, como afirma su biógrafo Neptalí Zúñiga.[26] --------------------------------------------------------------------------------------------------------- Asesta otro golpe al feudalismo cuando contribuye con su ardorosa condena para la supresión de los señoríos, institución medieval que implica el vasallaje sobre los pueblos y campesinos de una determinada circunscripción territorial, es decir, su sometimiento al arbitrio del señor feudal. “Los derechos señoriales consistían en la percepción de una serie de tributos pecuniarios o en especie, en el nombramiento de corregidores y bailes para el gobierno y la administración de la justicia en los pueblos bajo su tutela”.[27] Entre esos tributos y privilegios es de señalar la partición de los frutos de los arrendatarios o enfiteutas, las corveas o trabajos gratuitos, las tasas por el paso de ganados por el dominio y los derechos por la utilización obligatoria del molino, horno o lagar de los señores. Y no son solo estos, sino muchos otros, que doblegan con su pesada carga a labradores y villanos. Felizmente, la ley de 6 de agosto de 1811, acaba con esta inicua fuente de explotación, a la par que traba para el progreso de la economía nacional. ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Mejía, como la mayoría de los liberales de su época, es partidario de la libertad de comercio que, según las teorías de los principales economistas de la burguesía, se encuentra allí el secreto de la prosperidad de las naciones. Los fisiócratas dicen que el librecambio es la auténtica libertad. Y Adam Smith, tan de boga en ese entonces, es uno de sus más entusiastas propugnadores. --------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- La libertad de comercio, significa para ellos, un intercambio comercial sin impedimentos entre todos los países. Puertos abiertos. Ninguna prohibición para la entrada de toda clase de mercancías. Aranceles bajos. Supresión de las barreras y leyes restrictivas que obstaculicen las transacciones mercantiles, en suma. ---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Nuestro representante en Cádiz considera este problema desde el punto de vista de las colonias americanas, cuyo comercio se halla bajo el control metropolitano, no obstante las reformas introducidas por Carlos III y Carlos IV. Ese control y las diferentes trabas que todavía subsisten son objeto de la impugnación de la burguesía preponderantemente comercial de los pueblos de este continente, a excepción, claro está, de los comerciantes asociados o dependientes de las casas y monopolios de España. Y en el caso particular del Ecuador, el asunto no difiere. ---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Véanse estos escollos para el comercio del cacao, principal producto de exportación de la Real Audiencia de Quito: ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- 1º Las ventas de este producto al Virreinato de Nueva España son obstaculizadas con prohibiciones temporales o la fijación de cuotas y número de viajes anuales, con el objeto de favorecer el comercio del cacao venezolano, medidas que ocasionan bruscas bajas en el volumen y precio del guayaquileño, para evitar lo cual, muchos comerciantes, tienen que recurrir al contrabando. ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------ 2º Las ventas a la Metrópoli están entrabadas por tener que hacerse por intermedio del puerto peruano del Callao donde son objeto de fuertes imposiciones. -------------------------------------------------------------------------------------------------------------- 3º Hay también frecuentes subidas de impuestos y derechos aduaneros según sean las necesidades financieras del reino. ----------------------------------------------------------------------------------------------------------- Todo esto inclina a la burguesía comercial a pronunciarse por la libertad de comercio. Hamerly dice a este respecto: ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Al constatar los frutos del libre comercio dentro del imperio y el ocasional con contrabandistas extranjeros o con naves neutrales de permiso, la costa buscó la abolición de todos los impuestos de cacao dentro del imperio y el libre comercio con todos los países… En 1804 y nuevamente en 1810, el cabildo de Guayaquil se opuso sin éxito a dos nuevos impuestos sobre el cacao establecido en Nueva España, el segundo de los cuales era un recargo de 2 pesos por carga y 3 pesos pro fanega… En 1813 el cabildo elevó una petición a Lima y a las Cortes de Cádiz para que se liberase al cacao por no menos de 25 años, de todo derecho sobre el comercio intercolonial y se permitiese su comercio directo con otras naciones.[28] ---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Y el comercio de mercaderías extranjeras, cuando estas no llegan por los caminos recónditos pero extendidos del contrabando, sus precios resultan fabulosos, pues son impuestos por los monopolios peninsulares, a través de los cuales llegan casi siempre. --------------------------------------------------------------------------------------------------------- Por estas razones, cuando Guayaquil se proclama independiente en 1820, lo primero que hace es decretar la libertad de comercio. ---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Finalmente, combate y consigue la supresión de algunos estancos ─alcohol, tabaco, sal, etc. ─ que así mismo constituye una de las reivindicaciones económicas del liberalismo de ese tiempo. --------------------------------------------------------------- Problemas americanos ----------------------------------------------------------------------------------------------- El problema americano más palpitante es el que concierne a la trágica situación del indio, sometido y explotado por instituciones inhumanas, que hacen de su vida suma y pendón del sufrimiento. -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Y es un indio, Dionisio Inca Yupanqui ─vástago de los antiguos Hijos del Sol─ el que plantea en las Cortes de manera general, el gran drama de su raza. ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- "Señor ─dice─ la justicia divina protege a los humildes, y me atrevo a asegurar a V. M., sin hallarme ilustrado por el espíritu de Dios, que no acertará a dar un paso seguro en la libertad de la patria, mientras no se ocupe con todo esmero y diligencia en llenar sus obligaciones con las Américas. V. M. no las conoce. La mayor parte de sus diputados y de la Nación apenas tienen noticias de este dilatado continente. Los gobiernos anteriores le han considerado poco, y solo han procurado asegurar las remesas de este precioso metal, origen de tanta inhumanidad, del que no han sabido aprovecharse… sacuda V. M. apresuradamente las envejecidas y odiosas rutinas, y bien penetrado de que nuestras presentes calamidades son el resultado de tan larga época de delitos y prostituciones, no arroje de su seno la antorcha luminosa de la sabiduría ni se prive del ejercicio de las virtudes. Un pueblo que oprime a otro no puede ser libre. V. M. toca con las manos esta terrible verdad".[29] ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- La última frase ─un pueblo que oprime a otro no puede ser libre─ por la “terrible verdad” que encierra como afirma Yupanqui, más tarde es incorporada al marxismo como principio clave de la cuestión nacional. -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Entonces, a suprimir siquiera en parte el oprobio y las cargas que soporta el indígena, se encamina la acción de los liberales americanos de las Cortes, con el concurso invalorable de Mejía. Y gracias a su lucha tesonera, aunque no todo lo que es necesario para erradicar la injusticia, se logra conseguir importantes conquistas. ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------ La mita, esa terrible institución responsable de la tortura y muerte de millares de indios, es abolida. Aquí descuella la intervención de otro diputado ecuatoriano: José Joaquín Olmedo, el futuro cantor de la victoria de Junín. Su discurso ─tan conocido entre nosotros─ sabe pintar con patetismo sus dolores, la enorme iniquidad que su existencia entraña. -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Otro azote del indio, el tributo, también desaparece. Mejía es uno de los diputados que lucha por su extinción, convirtiéndose así en el primer ecuatoriano que se pronuncia contra esta onerosa contribución que, desgraciadamente, será luego restaurada. Durante un largo período republicano, con esta carga, se pondría sobre las espaldas de la masa india el peso de los gastos oficiales. ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------ Los repartimientos, compra obligada de mercaderías por parte de los indios, es una de las taras coloniales que ya había sido suprimida. Empero, el virrey de Nueva España propone su restablecimiento para retribuir con esta prebenda a los recaudadores de los tributos abolidos a manera de indemnización, proposición que combate Mejía mostrando la injusticia de esa práctica. Mediante ella ─dice─ se impone a los indios que viven en medio de la miseria, la adquisición de objetos inservibles para ellos: barajas, centenares de anteojos y breviarios para los analfabetos… Afirma que el “nombre de repartimientos hace temblar a las Américas” y exhorta a que no se permita su reposición, “porque V. M. que se ha dignado remediar las vejaciones, no querrá destruir con una mano lo que ha levantado con la otra”.[30] ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------ Y cuando en la sesión del 13 de agosto de 1812, se trata de un pedido de los procuradores de Trujillo para que sea abolida la pena de azotes y cárcel que aún subsiste para el indio que no asiste a la doctrina, Mejía, haciéndose eco de la denuncia, manifiesta: “Yo creo que si no hay oposición por parte de algún señor diputado, que contemplo no debe haberla, se debe resolver este punto inmediatamente; porque no empleándose este castigo con los españoles europeos, ni con sus hijos, ni con las demás castas, tampoco debe emplearse con los indios”.[31] -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Esta pues, resumida, la posición de Mejía en relación al problema indígena. Posición que le coloca, con honor, en la gallarda galería de los defensores del indio. ------------------------------------------------------------------------------------------------------------- La esclavitud negra, la trata de esclavos y la discriminación para sus descendientes libres ─las llamadas castas─ son estigmas coloniales fuertemente arraigados en América. --------------------------------------------------------------------------------------------------------------- El liberalismo de las Cortes de Cádiz no está aún preparado para erradicar el mal de raíz y abolir la esclavitud. A ello se opone tanto los poderosos intereses de los esclavistas americanos como el injustificado temor a una subversión social. El mismo Mejía es mesurado en este asunto, pues piensa que es un negocio que requiere mucha meditación, pulso y tino, porque libertar de una vez una inmensa multitud de esclavos, a más de arruinar a sus dueños, podría traer desgraciadas consecuencias al estado”.[32] -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Pero en cambio, cuando se trata de la supresión del comercio de esclavos, es terminante: ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- "Impedir la nueva introducción de ellos ─dice─ es cosa urgentísima. Yo no haré más que apuntar dos razones. Primera: hay muchas provincias en América cuya existencia es precaria, por los muchos esclavos que con nuevas introducciones se aumentan a un número indefinido. Segunda: hay una ley en Inglaterra que prohíbe el comercio de negros en todos los dominios de su majestad británica, a quien se le ha encargado por el parlamento que en todos los tratados que se hagan con las demás potencias, las induzca a lo mismo… ¿Aguardamos a que nuestros aliados nos lo vengan a enseñar y exigir?... Sólo el empeño de sostener la propia fortuna, reduciendo a la clase de bestias a millones de hombres, pudiera hallar nociva esta proposición; pero por eso mismo debe V. M. darse prisa a sancionarla".[33] ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Respecto a los derechos de los descendientes de esclavos las Cortes son por demás mezquinas. Apenas se logra, con el apoyo de Mejía, a que puedan obtener grados literarios y ser admitidos en las órdenes monásticas. Para ese exiguo resultado juegan un papel determinante el racismo y los prejuicios tan enraizados en los altos estratos coloniales. El conde de Toreno cuenta como algunos diputados americanos se esponjan y protestan al oír hablar de la concesión de la ciudadanía para ellos. Hasta Larrazábal ─un representante del bajo clero y que no es precisamente un reaccionario─ piensa que se debe dejar “a aquellas castas en el estado en que se hallan, sin privarlas de la voz activa… ni quererlas elevar a más alta jerarquía, pues conocen que su esfera no los ha colocado en el estado de aspirar a los puestos distinguidos”.[34] ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------- La igualdad de representación de los americanos en las Cortes es tema que ocasiona debate por la oposición de los diputados españoles, unidos en esta ocasión, liberales y serviles. A las Cortes de Cádiz asisten 63 representantes de América, que según Ramón Solís, significa el 21 por ciento del total.[35] Representación minúscula, como se ve. -------------------------------------------------------------------------------------------- Es justa pues, y democrática, la aspiración de nuestros diputados. ------------------------------------------------------------------------------------ Y en defensa de esta tesis, Mejía brilla nuevamente, esgrimiendo argumentos de peso y elevando la controversia a gran altura. Manifiesta, que si la base para la elección de representantes es la población y la extensión territorial, América tiene pleno derecho para la igualdad solicitada. Dice que las recientes insurrecciones de los pueblos americanos son efectos de la desigualdad. Que se apague ese fuego ─dice─ con el rocío de la justicia. -------------------------------------------------------------------------------------------- El egoísmo se impone y nuestros representantes son derrotados. Las Cortes otorgan dos diputados por cada provincia española y solo uno por las americanas. ------------------------------------------------------------------ Finalmente, como es obvio, tiene como meta la consecución de la independencia de los países del Nuevo Mundo, por cuya causa combate con el talento y la circunspección que las circunstancias requieren. La protesta por los asesinatos del 2 de Agosto de 1810, la defensa de los patriotas venezolanos presos y la justificación del Grito de Dolores lanzado por el cura Hidalgo, son episodios de su lucha por la emancipación americana. Todo esto, como acabamos de decir, con suma prudencia y cautela, disfrazando muchas veces su verdadero pensamiento, pues que actúa en una asamblea con una abrumadora mayoría española y contraria a todo intento separatista. En este punto, obedeciendo a los intereses de su burguesía, casi todos los diputados liberales de la península, son contrarios a nuestra libertad. ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- El derrumbe de las Cortes ------------------------------------------------- Mejía fallece el 27 de octubre de 1813 víctima de una epidemia que azota a la ciudad de Cádiz. Su compañero de diputación, el poeta Olmedo, escribe su epitafio. Muere defendiendo los principios democráticos ─como se dice allí─ “con la firmeza de la virtud, con las armas del ingenio y la dignidad de un hombre libre”.[36] ------------------------------------------------------------------------------------------- Y su muerte misma constituye el último acto de esta defensa. Sabiendo que la salida de las Cortes de la ciudad liberal de Cádiz significa su derrota, no obstante el peligro, se opone con tenacidad a una decisión de esa naturaleza. Mejía ─dice Leopoldo Benites Vinueza─ quien veía que si las Cortes dejaban Cádiz terminaría su obra aplastada por la reacción, abogó, con su autoridad de médico, para evitar el traslado de las mismas que se había propuesto en vista de la epidemia de fiebre amarilla que hacía copiosas cosechas de muerte”.[37] ------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Esta muerte prematura, ofrendada en aras de la democracia, le impide ver el derrumbe de toda la obra progresista de las Cortes de Cádiz. Ver, el derrumbe de su propia obra. ---------------------------------- La historia es triste, a la par que repugnante. ------------------------------------------------------- Cuando vuelve ese rey canalla, Fernando VII ─que el pueblo español había idealizado equivocadamente─ de inmediato, en connubio con las más negras fuerzas de la reacción, comienza la tarea destructiva de todo lo avanzado conseguido durante su ausencia, esto es, mientras él se arrastraba abyectamente a los pies de Napoleón. ¡Vivan las cadenas! Gritan sus áulicos en las plazas y calles. Y en “la Corte del Deseado, los cortesanos que vestían sotana se convertían en Celestinas. Sus agentes andaban por toda España buscando concubinas dignas del Rey”.[38] ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- El golpe principal se da contra la Constitución democrática de 1812, contra la cual, desde su misma promulgación, se había desatado una feroz ofensiva por parte de clérigos y ultramontanos, que la califican como obra de Satanás para fomentar el fanatismo de las masas. Una vez abolida esta ley máxima, le siguen todas aquellas otras encaminadas a la desaparición de las instituciones feudales y disminución de los privilegios del clero y la nobleza que, cabalmente, encabezan la rebelión. No queda nada de la obra legislativa de Cádiz. ------------------------------------------------------------------------------------------------------- La Santa Inquisición, ese cruel instrumento de tortura del fraile Torquemada que según Llorente había quemado vivas a 34.628 personas en 327 años de existencia, es nuevamente restablecida. Y los jesuitas, expulsados por Carlos III, vuelven entre aplausos para servir a la Monarquía. ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Al lado de esto, se organiza una inhumana y sistemática persecución contra los liberales, en especial, contra los diputados de las Cortes de Cádiz. Los hermanos Argüelles. Los poetas Quintana y Martínez de la Rosa, junto con otros que se habían distinguido por sus ideas democráticas, son arrojados en los subterráneos de la Inquisición. Los frailes dominicos establecen una verdadera cacería de brujas y recorren las casas en busca de los perseguidos. Los que pueden se salvan cruzando las fronteras de la patria. ------------------------------------------------------------------------------------------ El cielo de Madrid y otras ciudades se oscurece con el humo de las piras de libros progresistas arrojados al fuego. Los impresos salidos de las Cortes son objeto de particular preocupación. “Reunieron ─dice Marx─ todos cuantos Diarios de Sesiones y manifiestos liberales pudieron, formando luego una procesión, en la cual las cofradías religiosas y el clero regular y seglar, tomó la dirección, amontonaron estos papeles en una plaza pública y los quemaron allí, como ejecutando un auto de fe político, después de lo cual se celebró una misa solemne para entonar un Te Deum en acción de gracias por su triunfo”.[39] -------------------------------------------------------------------------------------------------- Empero, como de estas quemas se libran muchos libros, periódicos y más impresos, la Iglesia y la Inquisición se encargan de enmendar estas fallas prohibiendo y recogiendo en paulatinos decretos y durante varios años, todo aquello que se les había ido de las manos. Siempre, de preferencia, la producción de las Cortes y todo lo relacionado con ellas. -------------------------------------------------------------------------------------------------- Así, se prohíbe y manda a recoger todos esos pequeños catecismos que habían circulado en Cádiz, explicando los principios liberales. Todos los impresos de apología a las Cortes y contrarios a la Inquisición. Todos los dictámenes y leyes de las Cortes opuestos a los intereses clericales. Todos los periódicos y revistas progresistas. Y hasta los discursos publicados de algunos diputados liberales. ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Evidentemente, la obra de Mejía no podía escapar a esa tenaz persecución. En el Catálogo o Resumen Histórico de prohibición de Libros, incluido en el quinto tomo de la Biblioteca de Religión, constan las disposiciones siguientes: ----------------------------------------------------------------------------------------------------- ─ “Dictamen y proyecto de ley sobre reforma de los Regulares”. Prohibido por decreto de 6 de Setiembre de 1824 de la Congregación del Índice. --------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Mejía es miembro de la Comisión que aprueba el dictamen y proyecto de ley que se prohíbe. ----------------------------------------------------------------------------------------------- ─ “La Abeja Española”. Prohibido por Edicto de la Inquisición de 25 de Julio de 1815. --------------------------------------------------------------------------------------- Mejía dirige este periódico. -------------------------------- ─ “El Conciso”. Prohibido por el mismo Edicto indicado. ------------------------------------------------------------ Mejía colabora en este periódico. ---------------------------------- ─ “Discurso del diputado de Cortes extraordinarias don José Mejía sobre la libertad de imprenta”. Prohibido por el mismo Edicto. -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- ─ “Discurso del proyecto de decreto sobre el Tribunal de la Inquisición”. Imprenta Nacional, Cádiz 1813. Prohibido por el Edicto referido. --------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Según Menéndez Pelayo, en este libro de 694 páginas, está todo lo referente a la Inquisición en los tomos XVI y XVII del “Diario de las Cortes”, lo que significa que allí está la célebre intervención de Mejía. ----------------------------------------------------------------- ─ “La Triple Alianza”. El número dos de este periódico, es decir el que contiene el artículo objeto de la enconada discusión en las Cortes a que antes nos referimos, es prohibido por Edicto de la Inquisición de 2 de marzo de 1817 “por contener proposiciones temerarias, escandalosas, sapientes haeresim y heréticas”.[40] --------------------------------------------------------------- Se supone, al parecer de algunos autores, que ese artículo es escrito por Mejía. ----------------------------------------------------------------------------------------- Se ve, pues, como el humilde diputado americano que convierte la tribuna de las Cortes en roja barricada de combate por las ideas democráticas, es perseguido después de muerto. Así como se arroja su cadáver en la fosa común en 1814 para que se pierdan sus cenizas, así también, se quiere que sus principios avanzados sean olvidados para siempre. ---------------------------------------------------------------------------------- Pero, para desesperación de sus enemigos, las ideas, cuando son generosas y persiguen la justicia y la felicidad de los pueblos, no desaparecen. ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Por eso, las de Mejía, nacidas en una época de plena intolerancia, poco a poco se han ido imponiendo y adentrándose en el corazón de los ecuatorianos. Y cada día su fulgor será más grande. ------------------------------------------------------ Que las líneas que dejamos escritas contribuyan a ensanchar su nombradía, es nuestro deseo más ferviente. ---------------------------------------------------------------------------------------------------------- [1] Julio Tobar Donoso, Desarrollo Constitucional de la república del Ecuador, segunda edición aumentada, Editorial Ecuatoriana, Quito, 1936, p. 5. ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------ [2] Pablo Herrera, Antología de prosistas ecuatorianos, t. II, Imprenta del Gobierno, Quito, 1896, p. 42 -------------------------------------------------------------------------------------------------------------- [3] Alfredo Flores Caamaño, Expedientes y otros datos inéditos acerca del Doctor José Mejía del Valle Lequerica, Editorial Santo Domingo, Quito, 1943, p. 72. --------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- [4] Celiano Monge, Relieves, Editorial Ecuatoriana, Quito, 1936, p. 89. -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- [5] Marcelino Menéndez Pelayo, Historia de los heterodoxos españoles, t. IV, Editorial Glem, Buenos Aires, 1946, p. 121. ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------ [6] Carlos Marx, Federico Engels, La revolución en España, Editorial Páginas, La Habana, 1942, p. 46-47. ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------ [7] G. Revsin, Riego, héroe de España, Ediciones Pueblos Unidos, Montevideo, 1946, p. 147. ----------------------------------------------------------------------------------------------- [8] Camilo Destruge,Ddiscursos de Don José Mejía en las Cortes españolas de 1810 -13. Con un protocolo histórico por Camilo Destruge, Tip. “El Vigilante”, Guayaquil, 1909, p. V. ---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- [9] Alejandro Andrade Coello, Maldonado, Mejía, Montalvo… tres motivos nacionales, Imp. y Encuadernación Nacionales, Quito, 1911, p. 23. [10] G. Revsin, op. cit., pp. 170-172. --------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- [11] J. Vicens Vives, Historia de España y de América, Dirigida por J. Vicens Vives, t. IV, Editorial Vicens Vives, Barcelona, 1977, p. 62.- ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- [12] Mario Méndez Bejarano, Historia política de los afrancesados, Madrid, 1912, p. 36. ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- [13] Conde de Toreno, Historia del levantamiento, guerra y revolución de España, t. III, Librería Europea de Baudry. París, 1838, p. 187. -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- [14] Ver Manuel J. Calle, Revista de Quito, t. III, Imprenta de “El Pichincha”, Quito, 1898, pp. 369-371. ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- [15] Marcelino Menéndez Pelayo, op. cit., pp. 137-139. ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------ [16] Ramón Solís, El Cádiz de las Cortes, Alianza Editorial, Madrid, 1969, pp. 302-303. ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- [17] Conde de Toreno, op. cit., p. 204. ---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- [18] Varios, El pensamiento ilustrado ecuatoriano, Corporación Editora Nacional, Quito, 1981, p. 280. ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- [19] Marcelino Menéndez Pelayo, op. cit., p.122. ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------ [20] Ídem, p. 122. -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- [21] Ídem. ---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- [22] Camilo Destruge, Discursos de Don José Mejía…, op. cit., pp. 14-15. -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- [23] Neptalí Zúñiga, José Mejía. Mirabeau del Nuevo Mundo, Talleres Gráficos Nacionales, Quito, 1942, p. 305. --------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- [24] Camilo Destruge, op. cit., p. 4. ---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- [25] Ídem, p. 94. --------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- [26] Neptalí Zúñiga, op. cit., pp. 348-352. -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- [27] J. Vicens Vives, op. cit., p. 50 ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------ [28] Michael T. Hamerly, Historia social y económica de la antigua provincia de Guayaquil, Artes gráficas Semefelder, Guayaquil, 1973, p. 125. ---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- [29] Jorge Abelardo Ramos, Historia de la Nación Latinoamericana, Talleres Gráficos Orestes S. R. L., t. I, Buenos Aires, 1973, p. 133. --------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- [30] Varios, Precursores, Editorial J. M. Cajica, Puebla – México, 1960, p. 378. ---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- [31] Neptalí Zúñiga, op. cit., p. 319. --------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- [32] Precursores, op. cit., p. 380. ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------ [33] Ídem, pp. 380-381. ---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- [34] Conde de Toreno, op. cit., p. 43. ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- [35] Ramón Solís, op. cit., p. 456 .--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- [36] Alejandro Andrade Coello, op. cit., p. 63. ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------ [37] Precursores, op. cit., p. 125. --------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- [38] G. Revsin, op. cit., p. 204. ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- [39] Carlos Marx, Federico Engels, op. cit., p. 54. --------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- [40] Catálogo o Resumen histórico de prohibición de Libros. Biblioteca de Religión o Colección de Obras contra la incredulidad, t. V, Librería de A. Bouret y Morel, París, 1847, pp. 476, 496, 497, 498 y 509. (Esta nota se refiere a todos los impresos prohibidos). -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- MEJIA SECRETO -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Facetas insospechadas de José Mejía Lequerica, ---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- de María Helena Barrera-Agarwal. 2013- --------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- por Carlos Lasso Cueva. --------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Concluí la lectura del libro “Mejía secreto: Facetas insospechadas de José Mejía Lequerica”, cuya autora es María Helena Barrera-Agarwall, editado en el 2013, con el auspicio de la Sociedad de Egresados del Mejía, presidida por Diego Alexis Portilla Hernández. La obra se editó para conmemorar el Bicentenario de José Mejía Lequerica, nacido el 27 de Octubre de 1813. La autora investigó en la Biblioteca del Congreso de USA, en la Biblioteca Nacional de España y en la Biblioteca Pública de Nueva York para recabar la serie de datos cuasi desconocidos de este ilustre personaje de la época de la independencia, quiteño memorable que participó con lucimiento en las Cortes de Cádiz, siempre acompañado y apoyado por su cercano amigo y lejano pariente Don Juan José Matheu y Herrera, Conde de Puñonrostro. ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Mejía voló alto. Como ningún otro ecuatoriano de aquella época. En esos años de secreta conspiración anticolonial, hizo estrecha relación con figuras notables como José de San Martín, Miranda, Fray Servando de Mier, Sir James Macduff, inglés, luego Conde de Fife, Sir Henry Welleslley, representante diplomático inglés en España, y con su hermano, el Duque de Wellington, que fue nombrado jefe supremo de las fuerzas aliadas para combatir la invasión francesa de España debido en buena parte a las elocuentes gestiones del ecuatoriano Mejía. -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Era hijo ilegítimo, y esa era una circunstancia agraviante y deshonrosa en la mentalidad quiteña de ese entonces. Muy allegado a Eugenio Espejo, se casó con su hermana Manuela y trató a los futuros próceres del 10 de Agosto, sobre todo a Morales, Juan Larrea y José Xavier de Ascásubi y Matheu. Por medio del pariente de este último, Juan José Matheu, Mejía alternó con el Barón de Carondelet, a cuya esposa dedicó un poemario producido en esos años, en el que hay poemas dedicados al Barón y a su hija Felipa, futura esposa de Juan José Matheu, que fue también diputado a las Cortes. Viajó con Mejía a España, a donde arribaron en 1808, en donde fueron testigos del primer levantamiento contra la ocupación francesa. Matheu donó a la resistencia sus ingresos como marqués de Casa Sola y pidió servir como Coronel, sin sueldo. El 15 de Julio de 1813 Matheu se casa con Felipa de Carondelet, y su padrino de boda es Mejía Lequerica. El Barón de Carondelet había recomendado a los viajeros ante su cuñado el General Francisco Javier Castaños, quien fue el padrino de su sobrina carnal, Felipa. Ocupaba el cargo de Presidente del Consejo de la Regencia. A cargo de él estaba la instalación de las Cortes de Cádiz, que sesionaron en la isla de León. Este trío compuesto por Mejía, Matheu y Castaños pertenecía a la masonería. Mejía deambulaba por los 36 años. Estaba aún en la edad en que los hombres que van a ser históricos hacen cosas extraordinarias que caracterizan y definen sus vidas para siempre. --------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- La mayoría de los diputados a las Cortes eran liberales “y la Constitución que preparan reflejará los preceptos de la revolución francesa”. Por táctica mencionan el nombre del Rey. Los diputados de las colonias eran una minoría y Mejía planteó las “Once proposiciones” al respecto, y se embarcó en su campaña contra la inquisición y a favor de la libertad de imprenta. Con su aliado Matheu firmaron una serie de proposiciones. Cuando ambos diputados empezaron a ser cuestionados por sus representados sudamericanos, renunciaron varias veces a sus funciones pero se les obligó a seguir concurriendo. --------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- San Martín, ante las noticias de que se avecinaba un levantamiento anticolonial en América, renuncia a sus funciones en el ejército español, en el que ha servido por 22 años bajo las órdenes de Castaños. Mejía y Matheu habían conocido ya a este personaje en las logias gaditanas. En secreto, el argentino viaja a Inglaterra en un buque británico, utilizando un pasaporte inglés facilitado por Sir Charles Stuart, por gestiones del aristócrata británico el vizconde Macduff. Con él viajan otras figuras como Carlos de Alvear, Matías Zapiola, Martiniano Chilavert y Fray Servando Teresa de Mier, que en una misiva envía saludos a “Mexía y Puñonrostro”. Mier “recibía y difundía en América numerosos escritos; proporcionaba documentos….”. todos pertenecientes a la Logia Cádiz N° 3. A estas alturas, el ecuatoriano Matheu ya era amigo del precursor Miranda, que movía sus influencias desde Londres. Su secretario era el guayaquileño José de Antepara. Miranda había fundado la Logia Gran Reunión Americana que se extendió a Cádiz, en donde habían 43 afiliados. Matheu era el enlace de Miranda. Por ahí cerca andaba el diputado venezolano Esteban de Palacios, tío carnal de Simón Bolívar. Asi se fue tejiendo esa madeja. Mejía encargó sus libros a Palacios antes de morir, afectado por la peste. A estas alturas, Andrés Bello había llegado a Londres en compañía de Bolívar. San Martín lo conoció en casa de Miranda. ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- La situación de los sudamericanos en Cádiz era incómoda, riesgosa. Mejía y Matheu hablan de América como “su patria” en momentos en que “en las gacetas o papeles públicos no se permite poner nada favorable a América. En el congreso "apenas se les permitía hablar, se les interrumpe, se les mofa”. En esas condiciones, según una crónica, “Mejía no sólo es el primer orador de las Cortes, que las enseñó a hablar, que hizo la división de poderes y a quien con la diputación americana se debió la libertad de imprenta, sino que reúne a una elocuencia repentina e irresistible profundos conocimientos teológicos, forenses, químicos y políticos, de suerte que este joven es el hombre más sabio de las Cortes”. “La idea central de los testigos era que los diputados americanos ayudaban a la independencia de América a través de Gibraltar y con la ayuda de los ingleses”. --------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Mejía se empeñó en lograr que se nomine a Arthur Wellesley, marqués de Wellington y Duque de Ciudad Rodrigo como jefe supremo de los ejércitos de España”, quien fue asi designado en 1812 luego de muchas disputas. Mejía fue el principal responsable de este hecho, apoyado por Matheu, lo que pone de relieve “los vínculos internacionales que Mejía cultivó con diplomáticos y militares británicos”. Castaños no fue ajeno a esta estrategia. A esto se le llamó “la conexión inglesa”. Las Cortes quisieron nombrar para ese puesto a Luis Felipe, Duque de Orelans, heredero del trono francés, pero “esa opinión fue rebatida tajantemente por Mejía”. El célebre Lord Byron recibe en ese tiempo una carta de su amigo el Barón John Hobhouse, el 6 de octubre de 1810. Le habla del papel de “un tal Mejía, diputado por Lima”, que ridiculizó en plena sesión al defensor de Luis Felipe. Poco después Mejía hace contacto con Lord James Duff, el que facilitó la huida de San Martín a Inglaterra. Este fue nombrado General español por su papel en la defensa de España frente a las tropas francesas. “Se alistó como simple voluntario”. ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Muchos años después Macduff recordará el papel estratégico fundamental desempeñadp por Mejía. “Lord Fife presentó a su gracia –el Duque de Wellington- un miembro muy patriótico de las Cortes (Mexía), quien tenía gran influencia sobre los diputados”. Macduff posteriormente llegó a Gran Maestro de la logia de Londres. María Helena Barrera precisa: “ Wellesley precisaba de la ayuda de miembros de las Cortes. La amistad de Mejía, miembro clave del organismo posee por tanto extrema importancia. Para el quiteño el vínculo es también valioso: la Gran Bretaña, como se ha visto, se ha convertido en el espacio para el esfuerzo indendentista americano. Mejía será elemento clave dentro del esfuerzo para garantizar la elevación de Wellington al comando general de las fuerzas aliadas contra Napoleón en la Península. El 22 de Septiembre de 1812 las Cortes, luego de largas y complejas negociaciones, expiden finalmente un decreto que le confiere tal cargo”. El nombramiento quedó emitido en secreto, mientras se esperaba que Wellington lograra la autorización de Inglaterra. Esto originó un clima de desconfianza y fue Mejía el que se arriesgó valientemente, exponiendo su seguridad personal, a hacerlo público, lo que originó una airada y violenta sesión en las Cortes. ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------ Wellington llegó a Cádiz en la navidad de 1812 y luego, en una carta a Wellesley, dio su testimonio de la reunión confidencial que mantuvo con el quiteño Mejía Lequerica. Dice: “Mejía y La Vega, en su conferencia conmigo, el primero sobre todo, reconocieron que no había nada inconsistentre con la Constitución en lo que me había propuesto”. Mejía era liberal y Wellington monárquico, enemigo de reformas democráticas, opuesto a la libertad de imprenta defendida por Mejía, quien, con gran visión política, jugó asi esa partida de ajedrez, necesaria para la liberación de España y la seguridad de la Constitución que se trabajaba en las Cortes. Además, por motivos comerciales y financieros, Inglaterra estaba interesada en coadyuvar a la independencia de América. -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Hay otra misiva de Wellesley al Vizconde Castlereagh, en la que “comunica en detalle una descripción del informe y de las opiniones de Mejía”. Wellesley le dice a Wllington: “Nunca vi a nadie más determinado que Mejia en llevar la cuestión hacia un desenlace satisfactorio”. Wellington le responde: “Si el señor Mejía se toma la molestia de examinar la correspondencia con el Ministro de Guerra sobre este tema, verá que es casi imposible que yo hubiese podido tener otro motivo que aquel ostensible de la medida adoptada. Puedes mostrar al señor Mejía esta parte de la carta, si te parece apropiado”. ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- El ilustre quiteño hizo sentir su estratégica presencia en la más encumbrada geopolítica de aquella época. Cuando Wellington comenta en su carta estos asertos sobre Mejía, el 30 de Octubre de 1813, éste ya había muerto. Wellesley comentará en una comunicación: “Mejía es también una gran perdida, en particular en este momento". --------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- En condiciones hostiles, Mejia brilló e hizo sentir su iluminada presencia. Pocos días antes de morir, durante una cena, conversa con Sir james Fellowes, jefe del departamento médico del ejército británico en Cádiz. El súbdito inglés describe su contacto con Mejía: “Cuando los diputados se despidieron para volver a Cádiz, pedí al señor mejía que prevaleciera sobre el gobierno y adoptase algunas medidas de precaución, y que les informase de su verdadera opinión, y al despedirme de él, le pedí también que cuidase de si mismo. Todo lo que he mencionado sucedió en presencia de Sir Henry Wellesley, del Mayor General Capel y del Sr. Vaughan, secretario de la embajada, y fue muy notable que, a los pocos días después del regreso de Mejía a Cádiz, éste fue a visitar a un amigo suyo, otro diputado de las Cortes, que se encontraba en el momento de la última etapa de su enfermedad, y lo abrazó apenas unos momentos antes de que expirara. De esta fuente Mejía adquirió la infección, fue atacado poco después por la fiebre, y murió a los cinco días”. ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------ María Helena Barrera concluye su obra con este comentario: “¿Qué habría sucedido si a Mejía, como a San Martín, le hubiese sido dado retornar a América en el otoño de 1811? Asumiendo su supervivencia a envidias, inquinas y traiciones, quizás su preclaro genio habría hecho posible un mejor y menos corrupto destino para el Ecuador republicano”. ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- La obra incluye anexos de oficios presentados por José Mejia y Juan José Matheu y Herrera, Conde de Puñonrostro, ante las Cortes. Este par de ilustres ecuatorianos siempre estuvieron juntos. Siguieron la misma línea política. Matheu, mimado por la fortuna, fue el protector de su amigo, maestro y pariente. --------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- En el prólogo al libro “Discursos de José Mejía” –que es un extracto de su ensayo “El linaje de José Mejía Lequerica y su verdadera casa natal”-, editado en 1987 por la Facultad de Economía de la Universidad de Guayaquil, Fernando Jurado Noboa dice: “Juan José Matheu y Herrera, heredero del Marquesado De Maenza y lejano pariente del padre de Mejía, le invitó a conocer el viejo mundo. Tenía apenas 30 años y con el marchó. Salieron de Quito en Enero de 1806. A su llegada a Madrid, Matheu le consiguió un puesto de empleado en el Hospital General”. ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Dice que Mejía nació “en la casa que su madre poseía en la calle Guayaquil, frente a la capilla del colegio de los Sagrados Corazones del Centro, en la parroquia del Sagrario. Fue bautizado en la iglesia de San Marcos. Su nombre completo fue José Joaquín Mejía del Valle y Lequerica. Hacia 1794 era un asiduo visitante del Dr. Eugenio Espejo, en su cercana casa de la calle Maldonado, muy cerca de la esquina de la Rocafuerte. -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Según la biografía de Pérez Pimentel, aparecida en el tomo IV de su Diccionario Biográfico, el padre de Mejía fue el Dr. José Mejía del Valle y Moreto, y su madre doña Manuela de Lequerica y Barrioleta: ambos quiteños. Ella estaba separada de su esposo Antonio Cerrajería”. ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Clásicos Ariel editó los discursos de José Mejía en el N° 75 de su colección. Jorge Núñez Sánchez tiene un libro titulado “Las ideas políticas de un quiteño en España: José Mejía Lequerica”. La autora cita otra obra, de Alfredo Flores y Caamaño, titulada: “Don José Mejía Lequerica en las Cortes de Cadiz de 1810 a 1813”. ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------ ---------- Mensaje reenviado ---------- De: Maria Barrera Fecha: 15 de diciembre de 2014, 14:14 Asunto: Saludos cordiales - Libro Para: lassoascasubi@gmail.com Estimado Carlos Enrique, Te ruego encuentres adjunto el libro sobre Mejía del que habíamos conversado en FB. Ojalá sea de tu agrado. Mil gracias por tu interés y espero sigamos en contacto. Un abrazo, María Helena Mejia secreto - María Helena Barrera-Agarwal - final.pdf 459K Visualizar como HTML Descargar

miércoles, 12 de agosto de 2020

EL 10 DE AGOSTO Y LOS GUAYAQUILEÑOS. JORGE NUÑEZ SANCHEZ.

Jorge Núñez Sánchez -- EL DIEZ DE AGOSTO DE 1809 Y LOS GUAYAQUILEÑOS.1ª parte. -- Por Jorge Núñez Sánchez------------- -------------------------- Al aproximarse el bicentenario de los sucesos del 10 de agosto de 1809, han vuelto a oírse las voces de los admiradores y críticos de esa fecha histórica. Para los unos, fue el acta de nacimiento de la independencia nacional; para los otros, un simple acto de fidelismo colonial, protagonizado por los marqueses de Quito. Entre esos dos extremos, hay una gama de posiciones intermedias, que incluyen el reconocimiento de aquella fecha como el punto de partida de un complejo proceso de independencia por etapas, la afirmación de que entonces no se produjo el “Primer grito de Independencia” pero sí la instalación del primer gobierno autónomo de los criollos, y la tesis de que ahí se inició un “gobierno compartido” entre la monarquía y sus súbditos americanos, etc. ---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- ------------------------------------------------------------------------------ En lo personal, debo confesar que mis apreciaciones sobre esa fecha histórica han variado con el tiempo. Hace cuarenta y cinco años, cuando comenzaba mis primeros pasos de historiador, publiqué mi primer libro, titulado “El mito de la Independencia”, en el que hice una crítica al fenómeno de la emancipación latinoamericana, vista sobre todo desde la perspectiva de los grandes intereses internacionales que la impulsaron. En ese contexto, sostuve que el Diez de Agosto no fue un movimiento independentista sino un acto de “fidelismo colonial” frente a Fernando VII, entonces prisionero de Napoleón. -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- ---------------------------------------------------------------- Posteriormente, tras haber estudiado detenidamente el suceso, la honestidad intelectual me llevó a matizar y rectificar la apreciación consignada en aquella obra de juventud. Fue así como publiqué nuevos ensayos sobre el tema, uno de ellos el titulado “La Revolución del Diez de Agosto”, incluido en mi libro "El Ecuador en el siglo XIX", que ha tenido varias ediciones. Usando información de archivo, hasta entonces desconocida, demostré que los próceres de agosto eran en general oficiales de los batallones de milicias existentes en la Audiencia de Quito y que algunos de ellos incluso poseían buena experiencia militar y acreditada capacidad de mando. Igualmente, probé que los conspiradores integraban los mandos y la oficialidad militar de la región central de la Audiencia y que controlaban, por tanto, todos los cuerpos de milicias ubicados en la capital y en las ciudades próximas. ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- ----------------------------------------------------------------- Obviamente, una información como ésta no solo vino a completar nuestra historia sino que la revisó, pues demostraba que la transformación de agosto no fue un grito desesperado de protesta, o una acción política motivada únicamente por el temor al "afrancesamiento" de las autoridades y a su consecuente inclinación hacia el gobierno usurpador instalado en la península. ----------------------------------------------------------------------------- --------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Por lo contrario, comprueba que no se trató de una "revolución social" (en el sentido cabal del término, es decir, una transformación total, profunda e irreversible de la estructura social, sino mas bien de un "golpe de Estado", con el que culminaba el progresivo control político que la clase criolla había ido adquiriendo sobre su propio país durante la época colonial, hasta llegar a convertirse en una “clase dominante a medias”, que controlaba los poderes social, económico y cultural, pero carecía del poder político, que estaba todavía en manos de los odiados funcionarios chapetones.---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- ------------------------------------------------------------------------------ Cosa curiosa, hay quienes se han negado a seguir esta evolución de mi pensamiento y siguen repitiendo hasta el cansancio aquellas iniciales apreciaciones mías de que “el movimiento del diez de agosto no fue revolucionario ni buscaba la independencia” y que “esto se encargaron de aclararlo muy bien sus propios autores, en multitud de documentos públicos y privados que suscribieron.” Pero interesadamente se niegan a recordar que también escribí, más adelante, que entre los verdaderos motivos y aspiraciones del juntismo quiteño estuvieron éstos: 1. “Profundo odio y temor frente a Napoleón Bonaparte y la burguesía (revolucionaria y cortadora de cabezas) de Francia. 2. Ánimo de evitar que estas colonias sigan la misma suerte que su metrópoli y caigan bajo el gobierno español de José Bonaparte. 3. Descontento de los propietarios criollos con el gobierno colonial, por su falta de participación en el gobierno del país y la insistencia metropolitana en tratarlos como colonia y no como “provincia ultramarina de España”. ---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- 4. Deseo de evitar una agitación social que pudiese producir insurrecciones populares parecidas a las de Haití, contra las clases dominantes.” Y cito esta última parte para aclarar que yo no me he retractado de ella, en donde radica la concepción profunda de mi pensamiento sobre la independencia, sino que, por el contrario, la he afirmado y desarrollado en mi obra posterior, como por ejemplo en mi libro “La defensa del país de Quito”, donde demostré con lujo de detalles que los mismos terratenientes represores de los movimientos indígenas de fines del siglo XVIII –como Javier Montúfar, hijo del II marqués de Selva Alegre– figuraron luego entre los líderes de la primera guerra de independencia, provocando con ello la resistencia popular a ese proceso. ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Obviamente, ello no significa que esos terratenientes hayan sido los únicos líderes del proceso emancipador, que se inició en agosto de 1809 en forma de movimiento autonomista y se radicalizó más tarde, en busca de independencia nacional. En el liderazgo de ese proceso figuraron también otros personajes, de ideas radicales, que buscaron emancipación política y reformas sociales a la vez, destacándose entre ellos el doctor Juan de Dios Morales, verdadero “tribuno de la plebe”, y el capitán Nicolás de la Peña Maldonado, nieto del sabio geógrafo Pedro Vicente Maldonado y esposo de Rosa Zárate, a quien con razón llamaron “el Robespierre quiteño”. ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Ellos y otros como ellos fueron, precisamente, los personajes que me hicieron reflexionar más profundamente sobre los sucesos del Diez de Agosto de 1809 y me motivaron a revisar algunas de esas afirmaciones de mi juventud, que fueron tan radicales como simplistas. VISIÓN Y REVISIÓN DE LA HISTORIA NACIONAL ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Hallo que es llegada la hora de aclarar posiciones acerca de este capítulo de la historia nacional. Una cosa es analizar los hechos del pasado con una visión crítica, a la luz de la sociología o la antropología contemporáneas, para entender las acciones que tuvieron en aquella circunstancia los diversos actores individuales o los grupos sociales protagonistas (clases, etnias, grupos socio–profesionales), y otra muy distinta es erigirnos en jueces, dictar sentencias sobre un ayer inapelable o seguir viendo el mundo del pasado y del presente a través del lente regionalista, siempre empañado por el resentimiento y el victimismo. ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- ------------------------------------------------------------------------- Y digo esto porque hay historiadores, y también aficionados a la historia, incluidos algunos buenos amigos míos, que se empeñan en mirar, analizar y juzgar la historia ecuatoriana exclusivamente bajo la inspiración y el interés localista o regionalista. Naturalmente, ello los lleva a análisis equivocados y juicios errados, porque extrapolan los hechos, fuerzan los datos y estiran las conclusiones hasta la orilla del error. Uno de sus temas preferidos es precisamente el del Diez de Agosto, que ellos ven como una fecha “rival” o “enemiga” del Nueve de Octubre. Y como se trata de ganar protagonismo para el puerto y negárselo a la capital, no dudan en usar cualquier frase ajena, así sea sacada de contexto, o ya revisada y matizada por su autor, para afirmar que el Diez de Agosto solo fue una algarada de marqueses fidelistas, mientras que el Nueve de Octubre fue una auténtica proclama de independencia. --------------------------------------------------------------------------------- ------------------------------------------- Si los procesos de la historia fueran simples, llanos y se limitaran a su forma inicial, sin tener variación alguna, ellos tendrían razón: Quito fue fidelista en 1809 y Guayaquil fue independentista en 1820. Pero ocurre que los asuntos históricos son regularmente más complejos de lo que parecen, precisamente porque en su interior hay confrontación de opiniones, luchas étnicas o de clases, oposiciones generacionales o profesionales, etc. En este caso, la complejidad está dada por varios asuntos, que enumero para una mejor comprensión: -------------------------------------------------------------------------------------------------- ------------------------------------------------------ 1º. LA VARIEDAD DE OPINIONES. Al iniciarse el movimiento del diez de agosto de 1809 no hubo unanimidad de ideas ni de acciones en el bando americano. Hubo criollos conservadores, pero patriotas, que inicialmente sólo quisieron autonomía de gobierno, dentro de la misma monarquía española; es decir, algo parecido al actual “Commonwealth” británico (fue el caso de Juan Pío Montúfar y Larrea). ------------------------------------------------------------------------------------------ -------------------------- Hubo criollos conservadores y absolutamente “godos”, que prefirieron morir defendiendo los intereses del Rey y de la corona española, como Pedro Calisto y su familia. Y hubo criollos radicales, que desde el comienzo buscaron independencia con participación popular, tales como Juan de Dios Morales, Manuel Rodríguez de Quiroga y Nicolás de la Peña Maldonado. ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------ --------------------------------------- 2º. EL DENOMINADO “FIDELISMO COLONIAL”. A su vez, esto del “fidelismo” no es algo que pueda tirarse como una acusación contra los próceres de 1809 y punto, sino que merece un análisis histórico particular. Ante todo, hay que recordar que el Fernando VII al que se declararon fieles los criollos americanos de 1809–1810 era un príncipe casi desconocido, que en aquel momento simbolizaba la dignidad española, tanto ante las indignidades de sus padres, envueltos en un trío sentimental con el favorito Manuel Godoy, cuanto frente el imperialismo napoleónico, que había invadido España y luego capturado a sus reyes. Así, en gran medida, ese fidelismo expresaba el nacionalismo y dignidad de los españoles peninsulares y americanos frente a una agresión externa. ------------------------------------------------------------------------------------- ------------------------------------------------------------------------------------------------------- En segundo lugar, cabe diferenciar entre una fidelidad al monarca como persona y una fidelidad a España como imperio, cuestión clave, pues lo que los fidelistas americanos expresaron, en todas partes y en todo momento, fue que se declaraban “fieles a Fernando VII”, pero repudiando la dominación española. Sólo así puede entenderse el hecho de que los supuestos “fidelistas” quiteños de 1809 le pidieran al rey Fernando, para obedecerle en la práctica, que hiciera cosas por entonces imposibles: que se fugara de manos de Napoleón, que recuperara el control de España o que se viniera a gobernar en Hispanoamérica, tal como lo habían hecho los reyes de Portugal ayudados por los ingleses. --------------------------------------------------------------------------------------------- --------------------------------- Y esto que afirmamos no es un juego de palabras, sino el resultado de los estudios que hemos hecho de la ideología quiteña de aquel tiempo, el cual revela que, para los próceres de 1809, el hecho de declararse fieles a Fernando VII no significaba declararse fieles a España y renunciar a su ansiada independencia, sino conquistarla a la sombra de una monarquía americana, distinta a la española. Así lo demuestra el documento subversivo titulado “Catecismo en que debe estar instruido todo fiel vasallo de Fernando Séptimo”, que fue redactado en Quito y luego enviado a varios lugares de América, para incitar a la independencia. ------------------------------------------------------------------------------------ ---------------------------------- En ese documento, cuyo análisis textual revela que fue escrito por el revolucionario fraile chileno Camilo Henríquez, que fuera uno de los conspiradores de 1809, se afirmaba que “el más fácil remedio” para resolver los males de la Patria Criolla era “declarar la América independiente, ajustar la paz con el inglés y ofrecer algunos millones al traidor (Bonaparte) por el rescate de nuestro amado Fernando.” Se agregaba que con este arbitrio se lograrían otras ventajas, tales como “la felicidad de todo residente en América, (puesto) que con la existencia del Rey en ella no habrá extracción (hacia España) de los inmensos tesoros que produce; indispensablemente será cada uno poderoso.” Y se concluía con una invitación por demás expresiva: “Clamad sin cesar viva Fernando Séptimo y la América independiente; gracias al Todopoderoso por haberos proporcionado el camino de vuestra felicidad. ¡Viva Fernando Séptimo y la dulce independencia!” Palabras más, palabras menos, eso mismo fue lo que expresó el marqués de Selva Alegre en la reunión habida en la sala Capitular de San Agustín, donde dijo:--------------------------------------------------------------------------------- --------------------------------------- “Viva nuestro Rey legítimo y Señor natural Don Fernando VII, y conservándole, a costa de nuestra sangre, esta preciosa porción de sus vastos dominios, libre de la opresión y tiranía de Bonaparte, hasta que la divina misericordia lo vuelva a su trono, o que nos conceda la gloria de que venga a imperar entre nosotros.”----------------------------------------------------------------------------------- ---------------------------------------------------- Al año siguiente, es decir, en 1810, el autor original de esta idea, fray Camilo Henríquez, volvería a tratar sobre ese proyecto de independencia con monarquía americana en su “Catecismo Político Cristiano”, donde mostraba en forma todavía más explícita su pensamiento, al decir: “Formad vuestro gobierno a nombre del Rey Fernando para cuando venga a Reinar entre nosotros: dejad lo demás al tiempo y esperad los acontecimientos; aquel Príncipe desgraciado es acreedor a la ternura, a la sensibilidad y a la consideración de todos los corazones americanos. Si el tirano (Bonaparte) que no puede someternos con sus atroces y numerosas legiones lo deja que venga a Reinar entre nosotros. ---------------------------- ------------------------------------------------------------------------------------------------- Si por algún acontecimiento afortunado él puede romper las pesadas cadenas que carga y refugiarse entre los hijos de América, entonces vosotros, americanos, le entregareis estos preciosos restos de sus dominios, que le habéis conservado como un depósito sagrado; mas entonces, también enseñados por la experiencia de todos los tiempos, formaréis una constitución impenetrable en el modo posible a los abusos del despotismo, del poder arbitrario, que asegure vuestra libertad, vuestra dignidad, vuestros derechos y prerrogativas; como hombres y como ciudadanos, y en fin vuestra dicha y nuestra felicidad; que si las desgracias del príncipe no tienen término, ni lo tienen los delitos del tirano. ---------------------------------------------------------------------------------------------------------- ---------------------------------- Entonces el tiempo y las circunstancias serán la regla de nuestra conducta: entonces podréis formaros el gobierno que juzguéis más a propósito para vuestra felicidad y bienestar, pero de contado, ni Reyes intrusos, ni franceses, ni ingleses, ni Carlota, ni portugueses, ni dominación alguna extranjera; morir todos primero antes que sufrir o cargar el yugo de nadie.” -------------------------------------------------------------------------------------- -------------------------- 3º. LA LUCHA DE PARTIDOS. Un hecho poco conocido es la guerra de partidos que se desarrolló al interior de la Junta Soberana de Quito durante su brevísima existencia política. Escapa al objetivo de este artículo un análisis detallado de ese conflicto, pero podemos sintetizar diciendo que hubo entonces tres partidos políticos que se enfrentaron duramente: el radical, dirigido por el Ministro de Estado y Guerra doctor Juan de Dios Morales; el moderado, encabezado por el II Marqués de Selva Alegre, y el contrarrevolucionario, liderado por el Conde de Selva Florida, Juan José Guerrero y Matheu. --------------------------- ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Mientras Morales y su bando organizaban a las masas populares para la guerra contra las provincias fieles al Rey y a España, los terratenientes, obrajeros y altos dignatarios eclesiásticos, tradicionales beneficiarios del sistema social colonial, se asustaron de haber apoyado una revolución y buscaron dar marcha atrás, con ánimo de evitar un desbordamiento social que afectara sus intereses y también con deseo de hacerse perdonar por las autoridades reales. ------------------------------------------------------------------------------------------------------- ------------------------- Es más, algunos de ellos se opusieron desde el comienzo a la transformación y de inmediato buscaron destruirla, para restablecer el poder colonial; fue el caso del Conde de Selva Florida, quien, hablando con un regidor de Quito, “le declaró su modo de pensar en orden a la revolución, el odio con que la miraba y los arbitrios que meditaba para destruirla, y restablecer a su autoridad la potestad legítima, destruida por la revolución.” Atrapado entre sus radicales hermanos masones y sus conservadores parientes y socios de clase, don Juan Pío Montúfar se aconsejó con el Obispo de Quito, quien le recomendó devolver el poder a Ruiz de Castilla, pero solo luego de apresar y engrillar a Morales, a quien veía como el enemigo del poder real y del orden social existente. -------------------------------------------------------------------------------------------------------- --------------------------------- Al fin, Montúfar se salió por la tangente, renunció a la presidencia de la Junta Soberana y la dejó en manos de Guerrero y Matheu. Este siguió el guion acordado: disgregó al grupo radical, negoció con Ruiz de Castilla la devolución del poder (pidiendo garantías para su clase) y preparó la destitución de los Ministros Morales y Salinas, que luego fueron apresados y encerrados con grillos en la prisión. Debido a esos conflictos intestinos, la Junta Soberana de Quito duró apenas 74 días y las fuerzas del virrey Abascal entraron sin resistencia a la capital. --------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- --------------------------------- 4º. REPRESIÓN COLONIALISTA Y RADICALIZACIÓN DE LA REVOLUCIÓN. La consiguiente represión española fue feroz, precisamente porque los virreyes del Perú y Nueva Granada pensaron que Quito era un peligroso foco subversivo, que debía ser eliminado de raíz. Eso explica la matanza de los patriotas el 2 de agosto de 1810 y la feroz retaliación al pueblo de Quito, donde el uno por ciento de la población murió asesinada por las tropas colonialistas venidas de Lima, Guayaquil y Cuenca. (En términos actuales, ese porcentaje equivaldría a 20 mil muertos). -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- ------------------------- La represión produjo un efecto inverso, pues indignó a la población quiteña, ahondó el proceso revolucionario y llevó a la radicalización de las posiciones iniciales. Así, ella determinó que el partido “montufarista” optara por una independencia conservadora, al estilo de la de Iturbide en México, que no alterara en nada la estructura social pre-existente, regida por una sólida alianza entre la Iglesia y la oligarquía terrateniente y asentada sobre la servidumbre de los indios y la esclavitud de los negros. ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- --------------------------- A su vez, estimuló al partido “sanchista” a buscar una independencia de corte jacobino y con activa participación popular, orientada a eliminar mediante la violencia tanto a las autoridades del viejo régimen, como a los nobles criollos que se habían alineado con la causa del Rey. Fue así que, en medio de la guerra anticolonial, los líderes “sanchistas” dirigieron a la plebe para el linchamiento del Conde Ruiz de Castilla y los oidores Fuertes y Vergara Gaviria; también efectuaron la captura, juzgamiento y ajusticiamiento de los realistas de la familia Calisto, y, finalmente, hicieron una “revolución en la revolución”, derrocando al gobierno de los Montúfares y tomando el poder con respaldo de las masas populares. ---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- ------------------------------ 5º. EL DESENLACE. Fue este nuevo liderazgo revolucionario el que condujo la última parte de esa primera guerra de independencia, bajo la dirección política del doctor Jacinto Sánchez de Orellana, Marqués de Villa Orellana y Rector de la Universidad Pública, y la jefatura militar del coronel Francisco Calderón (esposo de Manuela Garaicoa y padre de Abdón Calderón), cuyas fuerzas fueron derrotadas en Ibarra antes de que él mismo fuera fusilado en el campo de batalla. ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------ ---------------------- Actuó como Comisario de Guerra de este gobierno jacobino el capitán Nicolás De la Peña Maldonado, nieto del sabio Pedro Vicente Maldonado y quien por su radicalismo era llamado “el Robespierre quiteño”, pues se le acusaba de haber dirigido el linchamiento del Conde Ruiz de Castilla, y de los oidores Fuertes y Vergara, así como el ajusticiamiento de los Calistos. ---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- ------------------------ Tras derrotar a los insurgentes en Ibarra, Montes dispuso el inmediato fusilamiento de los jefes militares vencidos, dictó la pena de muerte contra más de cien insurgentes y ordenó la persecución, apresamiento o destierro de numerosos rebeldes, lo cual revela a las claras la magnitud de la insurgencia que el poder colonial buscaba aplastar. ------------- XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX----------- EL DIEZ DE AGOSTO DE 1809 Y LOS GUAYAQUILEÑOS.2ª parte. Por Jorge Núñez Sánchez -------- ----------------------------------------------------------- Visto el desarrollo del proceso histórico, no cabe duda que lo que comenzó como un acto de dudoso o calculado fidelismo a Fernando VII, y no a España, terminó como una guerra de independencia en toda la regla, en medio de la cual se reunió un Congreso Constituyente, cuyos diputados dictaron la Constitución Quiteña de 1812, que proclamó la formación del “Estado de Quito”, un país independiente de España. Pero hay algo más, que es el tema que ha motivado este trabajo: hablo de la participación de algunos prestantes guayaquileños en ese proceso político que se inició el 10 de agosto de 1809. Y este es un asunto del mayor interés, porque niega de hecho las afirmaciones de que el movimiento capitalino fue solo una cosa de marqueses terratenientes de la Sierra. ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- --------------------------- Como hemos señalado antes, dentro de ese proceso y apenas un año más tarde, el 2 de agosto de 1810, murieron los líderes de la insurgencia criolla y miles de gentes del pueblo ansiosas de emancipación, a todos los cuales no puede negarse reconocimiento histórico por un simple prurito regionalista, inspirado en el chocante afán de mostrar que el agosto quiteño no fue independista y el octubre guayaquileño sí lo fue. Lo que no piensan esos cultores del regionalismo histórico es en el contexto en que se dieron los hechos. Para Guayaquil fue relativamente fácil proclamarse independiente a fines de 1820, cuando ya habían triunfado las fuerzas patriotas en la mayor parte de Hispanoamérica, existían gobiernos republicanos en Colombia y Perú, la flota chilena dominaba en las aguas del Pacífico Sur, los únicos reductos controlados por España estaban en la sierra andina de Quito, Perú y Charcas (la actual Bolivia) y estaba próximo a entrar el invierno en la costa del Pacífico, lo que impediría cualquier expedición punitiva española enviada desde Quito. ---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- ------------------------------------- Pero once años antes, en agosto de 1809, el panorama era totalmente diverso: el poder español era indiscutido en todo el continente y, salvo dos gritos de protesta en la actual Bolivia, que se eclipsaron en breve plazo, nadie se había levantado contra el poder colonial de España. Fue entonces que Quito se alzó en armas, apresó a las autoridades españolas, formó un gobierno autónomo y organizó un ejército propio, aunque todavía reconociendo teóricamente la soberanía de Fernando VII, para posteriormente avanzar hacia posiciones más radicales, buscar la emancipación total y caer vencida tras la primera guerra de independencia. --------------------------------- ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Por lo demás, no hay que extrañarse de lo sucedido entonces, porque las emancipaciones son siempre así, tanto entre los individuos como entre las naciones. Casi nunca implican de entrada una ruptura inesperada y total, sino que generalmente siguen un proceso gradual de toma de conciencia y conquista de autonomía. Comienzan por ciertas libertades que el hijo adulto empieza a tomarse de hecho, infringiendo el orden y las normas familiares. Siguen con medidas cada vez más audaces que el hijo ensaya, tanto para probarse a sí mismo como para probar los límites de la tolerancia paterna. Siguen con la ruptura total de la obediencia familiar por parte del hijo adulto y su alejamiento de la casa paterna, en busca de libertad y soberanía plenas. Y generalmente terminan, tiempo después, con un reencuentro armónico entre el hijo emancipado y sus padres, que ya no cuestionan la independencia de su vástago. ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- --------------------------------------- ¿No ha sido esa la historia individual de todos o casi todos nosotros? ¿Y no ha sido esa la historia habida entre España y las naciones emancipadas de ella o entre Inglaterra y sus antiguas posesiones coloniales? ---------------------------------------- ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------ Pero volvamos al caso que nos ocupa, para exponer un tema que los historiadores regionalistas ocultan deliberadamente, cual es el de los vínculos que para entonces existían entre Guayaquil y Quito, ciudades hermanadas desde su fundación por una mutua necesidad y una necesaria correspondencia entre una y otra. Para la segunda mitad del siglo XVIII, esos vínculos eran realmente significativos. -------------------------------------------- ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------ En los colegios de la capital enseñaban maestros y notables hombres de cultura porteños, como el famoso jesuita Juan Bautista Aguirre y estudiaban los hijos de las más prestantes familias guayaquileñas, que allá entablaban amistades y otros vínculos sociales con las familias equivalentes de Quito; uno de estos fue José Joaquín Olmedo, que estudió en el Real Convictorio de San Fernando, regentado por los dominicos, donde fue alumno del doctor Eugenio Espejo y conoció a José Mejía Lequerica, quien sería más tarde su compañero de acción política en las Cortes de Cádiz. ----------------------------- ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------ Muchos otros ejemplos podrían darse de esa relación humana, social e intelectual entre las gentes de una y otra ciudad. Bástenos citar las relaciones afectivas y de negocios del IX Marqués de Maenza, don Manuel Matheu y Aranda, que lo llevaron a residir en Guayaquil durante algún tiempo, o las acciones militares de Nicolás de la Peña Maldonado, quien, al formarse las Milicias Disciplinadas de Quito, en 1778, armó y equipó a su costa una Compañía de Infantería de Milicias, cuya primera misión fue proteger el puerto de Guayaquil de un posible ataque enemigo, puesto que España estaba en guerra con la Gran Bretaña. ------------------------ ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Esa fuerza miliciana quiteña llegó a Guayaquil el 10 de abril de 1780 y permaneció en ella hasta fines de 1781, lapso en el cual la ciudadanía guayaquileña admiró a De la Peña por su porte marcial, su caballerosidad y su profesionalismo en las tareas de defensa, mostrado en el entrenamiento continuo y los amagos de combate ejercitados con regularidad. ---------------------------------- ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------ Precisando ya la participación de algunos guayaquileños en los sucesos de la insurgencia quiteña de 1809, lo primero a destacar es que no se trató de gentes anónimas o de poca importancia, sino de personajes de gran influencia social, cuyos vínculos familiares los relacionaban con la mayoría de la sociedad criolla del puerto, si no es que con toda ella. ¿Quiénes fueron esos personajes y cuál fue su participación en los sucesos de Quito? Veámoslo: ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- ---------------------------------- El primero de todos fue el doctor JUAN PABLO ARENAS Y LAVAYEN, nacido en Guayaquil, el 24 de junio de 1.768 y bautizado en la Iglesia matriz del puerto, el 2 de julio de ese mismo año. Era hijo legítimo de la dama guayaquileña Manuela de Lavayen y Santistevan, quien, tras quedar viuda del capitán español José Rodríguez de Bejarano, contrajo matrimonio con el capitán Gerónimo Arenas y de la Huerta, también español. Educado desde su adolescencia en Quito, en el Colegio Seminario de San Luis y en el Colegio dominicano de San Fernando, cursó luego en la Real y Pública Universidad de Santo Tomás, donde se graduó como abogado en 1796. Cuatro años más tarde contrajo matrimonio con Manuela Lasso de la Vega y Borja, dama de la aristocracia quiteña, con quien procrearon tres hijas. -------------------------- ---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Al producirse el pronunciamiento quiteño de 1809, los diputados de los barrios lo nombraron “Auditor General de Guerra, con honores de Teniente Coronel, tratamiento de Señoría y mil quinientos pesos de sueldo” y mandaron a la Junta Soberana de Quito que lo hiciera reconocer por los cuerpos militares. Más tarde, al disolverse la Junta, fue apresado por las autoridades coloniales, encerrado en los calabozos del cuartel de la Real Audiencia y enjuiciado como reo de Estado. Fue uno de los líderes criollos para los cuales el fiscal Aréchaga pidió pena de muerte y confiscación de bienes. Y finalmente fue uno de los prisioneros asesinados el 2 de agosto de 1810 por las tropas limeñas del virrey Abascal, ocasión en que recibió varios balazos. ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- ------------------------------------- El segundo en importancia en el asunto fue el coronel de milicias JACINTO BEJARANO Y LAVAYEN, hermano mayor de Juan Pablo Arenas y uno de los personajes más poderosos de la sociedad guayaquileña, tanto por su poder económico como por su influencia social. Fue jefe de los cuerpos de milicias de blancos y luego Jefe del Regimiento de Milicias Disciplinadas de Guayaquil (1790), alcalde ordinario de la ciudad (1782) y gobernador encargado de la provincia. ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- ---------------- Dueño de varios barcos de alto bordo y grandes haciendas cacaoteras, era también uno de los mayores comerciantes cacaoteros del puerto, cuyos barcos controlaban gran parte del comercio naval en el área del Pacífico, entre Perú y México. Eugenio Espejo lo nombró miembro de su famosa “Escuela de la Concordia” y en 1797 ingresó en París a la “Gran Logia Hispanoamericana” fundada por Francisco de Miranda, donde el 22 de diciembre de ese año fue uno de los suscriptores del acta de 18 puntos que constituyó la "Junta de diputados de villas y provincias de la América Meridional", de la cual fue nombrado director principal el mismo Miranda, quien comisionó a Bejarano para promover la independencia en Quito y Guayaquil. Ello explica la reunión política reservada que Jacinto Bejarano tuvo en su hacienda de Naranjito, a comienzos de 1809, con su medio hermano Juan Pablo Arenas, su sobrino Vicente Rocafuerte y el promotor revolucionario quiteño Juan de Dios Morales, ocasión en que se debatieron asuntos prácticos sobre la próxima revolución que se planeaba contra el poder español. Así se entiende también la activa comunicación que Arenas sostuvo con su hermano Bejarano tras el diez de agosto de 1809, pese a que el gobernador español de Guayaquil, Bartolomé Cucalón y Villamayor, tenía los ojos puestos sobre Bejarano y su sobrino Rocafuerte. ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- ------------------------- En una de esas cartas, fechada en Quito en los días siguientes al diez de agosto, Juan Pablo Arenas le informaba a su hermano Jacinto Bejarano todos los detalles de la transformación política ocurrida, lo que muestra que éste se hallaba en pleno conocimiento de los planes previos. Igual puede decirse de la carta en clave que le remitió desde Quito al coronel Bejarano, el 22 de agosto, el abogado Juan Ruiz de Santo Domingo, informándole haber entregado su carta al marqués de Selva Alegre. ---------------------- -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Esa carta, que cayó en manos del gobernador de Guayaquil, Bartolomé Cucalón, muestra también la participación de Bejarano en los asuntos de la insurgencia quiteña. ------------------------ ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Otro personaje guayaquileño que anduvo metido en esos asuntos fue Vicente Rocafuerte y Bejarano, sobrino de los anteriores y quien, como indicamos antes, participó en conversaciones previas con Juan de Dios Morales, en su hacienda de Naranjito, para analizar los detalles de una acción conjunta de las gentes de Quito y Guayaquil en pro de la independencia. ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Tiempo después, Rocafuerte anotó rememoró aquel suceso en sus "Cartas a la Nación", publicadas en 1843, precisando datos muy valiosos sobre la acción patriótica de Morales y las relaciones de fraternidad masónica que hubo entre ellos: ---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- "En ese tiempo, Morales y yo discutimos largamente la cuestión de la independencia de la América; convinimos en que había llegado la época que esperáramos para formar y extender la opinión de independencia, por medio de sociedades secretas; de extenderlas al Perú y a la Nueva Granada, para apoyarnos en tan poderosos auxiliares. El quiso todo lo contrario, y que en el acto mismo se diese el grito de independencia. En efecto, se puso en comunicación con el Marqués de Selva Alegre, el comandante Salinas, el doctor Riofrío y otros patriotas de Quito. Salió del Naranjito para la capital por la vía de Riobamba y logró realizar su proyecto en la noche del 9 de agosto de 1809. El 10 de agosto de 1809 amaneció instalada la primera Junta Gubernativa que se erigió en Quito, y la presidió el Marqués de Selva Alegre. ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------ --------------------- Como él tenía íntima amistad con mi tío, el coronel (Jacinto) Bejarano, que mandaba un cuerpo de milicias muy respetable, le expidió un propio, anunciándole la revolución que se había efectuado en Quito, y suplicándole apoyase el movimiento en toda la provincia de Guayaquil, que se apoderase del gobernador de la plaza, e hiciese reconocerla autoridad de la nueva Junta. El doctor Morales me escribió con el mismo objeto, y haciéndome igual recomendación. El gobernador de Guayaquil, don Bartolomé Cucalón, supo inmediatamente la revolución de Quito (...) Corría la voz de que el coronel Bejarano y su sobrino estaban de acuerdo con los insurgentes de la capital. El gobernador (...), se presentó en nuestra casa, la rodeó de soldados, (...) nos dejó presos a mi tío y a mí en nuestros aposentos, con centinelas a la vista, dando así principio a un sumario de conspiración, y del que nada resultó por falta de pruebas." ------------- ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------ Lugar destacado ocupó también en ese primer esfuerzo emancipador la notable familia cacaotera de los Garaycoa y Llaguno, cuya hija Manuela Josefa –undécima de veintiuno– se hallaba casada con el coronel FRANCISCO GARCÍA CALDERÓN, cubano de nacimiento, quien llegara al país como Tesorero Oficial de las Cajas Reales de Cuenca y se pronunciara a favor de la insurgencia quiteña de 1809, por lo que fue apresado y enviado a Guayaquil y luego a Quito, siendo liberado más tarde por la Junta de Gobierno de 1810. ------------ ---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Desde entonces, Calderón se afilió al bando más radical de la insurgencia y llegó a comandar, con el grado de coronel, las fuerzas quiteñas que resistieron hasta 1812 a las tropas españolas del “Pacificador” Toribio Montes . Entre los hermanos de doña Manuela estaban el doctor Francisco Xavier de Garaycoa, que fuera primer Obispo de Guayaquil y luego Arzobispo de Quito; don Francisco Ventura de Garaicoa, que fuera Procurador General del Cabildo de Guayaquil y Capitán de Maestranza, en 1777, y además Administrador de la Renta de Tabacos desde 1778; el coronel José Galo de Garaycoa, notable patriota de la independencia y héroe de Cone y Camino Real; Ana María de Garaycoa, esposa del general José de Villamil, el gran promotor del movimiento del 9 de octubre de 1820; María del Rosario Garaicoa, esposa del doctor Juan Fernando Vivero, que fuera uno de los personajes claves del Nueve de Octubre y Secretario de la primera Junta de Gobierno de Guayaquil, en 1820; Lorenzo de Garaycoa, prócer del Nueve de Octubre y coronel del ejército libertador de Quito. -------------------- --------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Hubo varios otros guayaquileños que colaboraron con el movimiento quiteño de 1809 o que reivindicaron las acciones de sus protagonistas cuando fue necesario. Entre estos últimos estuvo José Joaquín Olmedo, quien, junto con su paisano, amigo y hermano masón José Mejía Lequerica, defendió políticamente a los insurgentes quiteños en las Cortes de Cádiz, en 1812, y luego cantó a los héroes de agosto en un sentido poema que dice: ------------------- ---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- CORO Saludemos la aurora del día para Quito de gloria inmortal, en que osado Pichincha el primero proclamó Libertad, Libertad. El Pichincha indignado del yugo lo sacude de su noble frente, dio un bramido y se vio de repente el rugido del león acallar: infundióle el pavor nueva saña y se lanza feroz y violento ¡Santo Dios! destrozado y sangriento de la Patria se mira el Altar. Saludemos, etc. Mas la Patria de tantos horrores al fin triunfa de constancia llena, como nave que burla serena los embates de la tempestad: el destinó ordenó ya el sepulcro del tirano en su loca fortuna: fue este monte do se alzó la cuna Primitiva de la Libertad. Saludemos, etc. ¿Quiénes son esos genios gloriosos que asomados desde el firmamento mezclan gratos su armónico acento a ese coro de canto triunfal? Son los héroes que osados y fuertes, con su sangre, cadenas y llanto propagaron la verdad del santo Evangelio de la Libertad. Saludemos, etc. Conservemos ilesa esta gloria que los cielos nos dieron propicios, no se pierdan al fin sacrificios que festiva coronó la paz: No profanen jamás este suelo el error y nefanda discordia y los pueblos en dulce concordia vivan siempre en amor fraternal. Saludemos la aurora del día para Quito de gloria inmortal, en que osado Pichincha el primero proclamó Libertad, Libertad. ----------------------------------------------------------------------------------------------------------- Vistos todos estos hechos, queda evidenciado que el movimiento quiteño de 1809 no fue una simple conspiración de marqueses fidelistas y ni siquiera una acción exclusiva de la sociedad regional del centro quiteño. -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Fue mucho más que eso: una causa compartida de la naciente Patria quiteña, expresada en un plan de autogobierno criollo que rompió la calma de la noche colonial y dio inicio al proceso de emancipación hispanoamericana, que aportó tantos héroes y mártires a la nuestra América. Y visto en la perspectiva del tiempo, fue el necesario antecedente de la independencia de Guayaquil y de toda Sudamérica, como lo señaló Simón Bolívar, al afirmar que “en los muros sangrientos de Quito fue ahogado en sangre el pacto político entre España y América y ese crimen armó nuestros brazos con el arma de la represalia.” Y esa misma razón hizo que el Libertador bautizara a Quito con el sugestivo nombre de “Primogénita de la libertad”. ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Un siglo más tarde de aquellos hechos, al celebrarse en 1909 el primer centenario del inicio de las luchas por la emancipación de España, el notable historiador guayaquileño Camilo Destruge publicó un opúsculo titulado “Controversia histórica sobre la iniciativa de la Independencia Americana”, en el que dejó consignada una verdadera lección acerca de los sucesos del Diez de Agosto. ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------ La reciente reproducción de esa obra de Destruge, efectuada por la Biblioteca Municipal de Guayaquil, ha constituido un homenaje intrínseco a los combatientes y mártires de esa primera guerra de independencia, entre los cuales brilla con luz propia el guayaquileño Juan Pablo Arenas, cuyo nombre lleva una de las más importantes calles del norte quiteño.